Hoy en día es muy común que la mujer trabaje y al mismo tiempo se haga cargo de su familia es por eso que compartimos contigo a continuación algunos consejos que nos ayudaran a poder equilibrar ambas partes:
1. EVALÚA DE MANERA REALISTA TUS HABILIDADES Y OBJETIVOS, ASÍ COMO LAS NECESIDADES DE TU FAMILIA.-
No te dejes vencer por la presión social de tener que ser exitosa a todo nivel. Piensa realmente qué tan lejos quieres llegar en tu carrera y cuánto tiempo lejos de tu familia estás dispuesta a sacrificar.
2. ENCUENTRA UNA EMPRESA QUE ESTÉ AFÍN A LAS POLÍTICAS FAMILIARES.-
Cada vez más organizaciones contemplan el hecho de que las mujeres tienen hijos y es importante facilitarles algunas cosas para que se sientan más motivadas en el trabajo. De hecho, en Chile está en plena discusión un proyecto de ley que contempla la obligatoriedad de instalar salas cuna en las oficinas.
3. COMUNÍCATE CON TUS SERES QUERIDOS.-
Habla con tu pareja y tus hijos acerca de tus aspiraciones profesionales. Déjales en claro cuáles serán tus horarios, las obligaciones que tendrás que cumplir y recuérdales que siempre estarás allí para cuando te necesiten.
4. NO TE DEJES VENCER POR EL ESTRÉS.-
Está comprobado que el estrés afectará tu calidad de vida y tu relación con quienes te rodean. Si dejas que las tensiones del trabajo te ganen la batalla, comenzarás a sentir una desconexión emocional con tu familia, síntoma típico del conocido síndrome del trabajador quemado.
5. HABLA CON TU JEFE.-
Si sientes que el trabajo te está consumiendo, habla con tu jefe sobre posibles alternativas. Quizás no imagines que sea posible, pero muchas veces ante la posibilidad de perder a un buen empleado las empresas se tornan más flexibles en cuando a horarios, días de descanso, etc.
6. CAMBIA DE TRABAJO.-
No esperes a lanzarte a la caza de un nuevo puesto de trabajo si sientes que tu situación se torna insostenible. Recuerda que tu familia y tu propia salud deben ser tus prioridades.
CONCLUSIONES:
Dijo en una ocasión el apóstol Pedro: Aquellos que han escapado de la contaminación del mundo y vuelven a enredarse con ella, son vencidos y terminan en peores condiciones que al principio. Muchas veces el trabajo nos puede sumergir en el mundo y descuidar las cosas que realmente son importantes: nuestra familia.
Tratemos en todo momento de equilibrar estas situaciones y ser aquellas mujeres que Dios nos ha llamado a ser.