Emilia nos ha escrito desde Ambato Ecuador y nos hace la siguiente consulta: Tengo una relación de noviazgo desde hace 3 años y planes de casarnos, pero tengo un poco de temor hacerlo porque mi novio siempre está endeudado.

¿Qué consejo podrían darme al respecto?

Si ese también es tu caso pon atención a las siguientes recomendaciones:

1. Sé sincera contigo mismo.

Antes de considerar la situación con “el amor de su vida”, piense en la percepción que usted tiene de esa persona y si realmente considera que sea alguien que tenga el interés y asuma la responsabilidad que traen las deudas. Deje de decir “pobrecito, ¡trabaja tan duro!” y verifique si él o ella realmente es consciente de su situación y que si, al menos, no tiene otros ingresos para cubrir sus deudas; sabe cuánto debe en total.

De ser así, pase al siguiente paso. Pero si su respuesta es negativa, su pareja necesitará de una urgente clase de educación financiera que le enseñe cómo funcionan las deudas y por qué pueden llegar a ser tan dañinas para su vida, en general.

2. Ábrele los ojos.

Muchas personas pueden llegar a necesitar un “empujón” a la hora de tener una motivación para poner en orden su vida financiera. Pero esto puede llegar a variar dependiendo de la personalidad de la persona. Así, es importante que usted tenga esa charla que tanto ha evitado con el amor de su vida para decirle que, de ahora en adelante, no habrá más tarjeta de crédito ni un préstamo para tapar otro. Es necesario empezar a apretarse el cinturón y, al menos, pintar un mapa para saber la ruta de escape hacia la libertad financiera.

3. Ponte en cintura, tu también.

Recuerde que en una relación seria y a largo plazo, usted debe convertirse, de cierta forma, en esa contraparte que le ayuda al otro a mejorar personal y profesionalmente. Entonces, no le alcahuetee las cosas y establezca nuevos límites en la relación para ayudarle a su amado o amada, a salir de la deuda

APLICACIÓN:

Recordemos finalmente las palabras del apóstol Pablo cuando dijo: Romanos 13:8 No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.

Como hijas de Dios y personas sabias que administramos bien los bienes que El nos ha dado no compremos ni gastemos más allá de lo que realmente necesitamos o podemos pagar.