Muchas mujeres que trabajan en una oficina o prestan sus servicios en una empresa tarde o temprano pueden terminar convirtiéndose en vampiras emocionales.
A que nos referimos con este término? Nos referimos a aquellas personas que no están llevando una vida de forma normal sino que han adquirido posturas y actitudes que no les ayudan a poder desarrollarse adecuadamente.
Compartiremos contigo algunos ejemplos a continuación con el fin de que los evites
1.- Pasivo-agresiva.
Maquillan la hostilidad, expresan su enfado con una sonrisa en la cara o con excesiva preocupación, esta técnica seguro la has usado, pero hay gente que exagera. ¿Qué hacer? dirige tu comportamiento, no te enganches, crea límites y hazlos valer. Mereces ser tratado con amor y sinceridad.
2.- Narcisista.
Son egocéntricos y vanidosos, hambrientos de admiración y atención, parece que piensan en ser ellos primero, si no lo son entran en conflicto, por lo general carecen de empatía. ¿Qué hacer? Disfruta de sus cualidades, pero no tengas tantas expectativas de ellos, no dejes que te aplasten ni te hagan sentir inferior. Muéstrate interesado en conseguir su cooperación y muéstrale cuál es tu propuesta.
3.- Furiosa.
Esta persona, aunque sonría (o finja reír), es alguien que acusa, ataca, humilla, critica y crea conflicto. Retienen a la gente y la castiga con frecuencia. ¿Qué hacer? Ocúpate en fortalecer tu autoestima, tómate tu tiempo, mantente equilibrado en tus emociones y no respondas hasta que estés calmado.
4.- Mártir.
Hacen que te sientas mal por algo, y son expertos en hacer dramas. ¿Qué hacer? No permitas que te hagan sentirte culpable, todos cometemos errores. Si te sientes culpable apártate a otro lugar y reflexiona. Puedes hablar con esa persona y decirle: «Comprendo tu punto de vista, pero cuando dices esto hieres mis sentimientos. Te agradecería que no lo siguieses haciendo».
APLICACIÓN:
Recordemos las palabras del sabio salomón cuando dijo: Proverbios 11:13-15
La gente chismosa revela los secretos, la gente confiable es discreta.
Como hijas de Dios debemos procurar la discreción en nuestros trabajos. Que nuestras palabras y acciones reflejen que Dios vive en nosotros y que somos sus representantes en la tierra.