Como madres queremos poner todo nuestro esfuerzo en ayudar a nuestros hijos en su desarrollo y crecimiento y una de nuestras preocupaciones es ayudarlos a pensar.

Por eso hoy compartiremos contigo algunos que nos ayudaran a poder lograrlo.

1. Lo primero es actuar de acuerdo con la verdad de las cosas.

Enseñar a los hijos a no engañarse, a ser sinceros, a actuar con coherencia.

“Podemos conocer la química cerebral que explica el movimiento de un dedo, pero eso no explica por qué ese movimiento se usa para tocar el piano o apretar un gatillo” Y “no podemos abaratar la verdad”

2. Un segundo es que “el entrenamiento es una exclusiva de la inteligencia humana”

Hay que enriquecer el lenguaje, hay que fomentar el diálogo, el ejercicio mental de razonar, de defender una causa, de tener argumentos para las propias decisiones, y no hacer sólo lo que hacen los demás.

Aprender a pensar es descubrir todo el inmenso poder que tiene la moda en el mundo y saber salir de la jaula mental en la que puede encerrarnos.

3. Ya que es imposible no equivocarse nunca, al menos, por utilidad y por deber, hemos de aprender de nuestras equivocaciones.

Si queremos aprender a pensar, deberemos descubrir el mundo tan humano del error. «Equivocarse es humano», descubrieron los antiguos.

El error es el precio que tiene que pagar el animal racional.

4. Deliberar es la segunda etapa de la voluntad.

Seremos más inteligentes y más libres cuando conozcamos mejor la realidad, sepamos evaluarla y seamos capaces de abrir más caminos.

Sería un error pensar, que el hombre inventó la flecha porque tenía necesidad de comer pájaros. También el gato tiene esa necesidad y, no ideó nada.

El hombre inventó la flecha porque su inteligencia descubre la oportunidad que le ofrece la rama.

APLICACIÓN

Recordemos las palabras el sabio Salomón cuando dijo: Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Parte de esta instrucción es ayudarles a pensar. A escoger entre el bien y el mal a argumentar a razonar, a que cada cosa que ellos tengan que hacerlo, lo hagan después de haberlo pensado bien.