Alguien dijo en una ocasión que tener un hijo adolescente que era como convivir con cierta locura pasajera, Pero, ¿por qué se comportan de esa manera? Vamos a compartir contigo a continuación algunas características que todas las madres de hijos adolescentes debemos saber:

  1. Nace su intimidad

Descubre su “yo”, pero no se reconoce. Descubre su interioridad y la protege. Por eso necesita tranquilidad, islas de silencio, para reflexionar sobre su vida. No le gusta que indaguemos en su intimidad: quiere que le respetemos su autonomía, su forma de ser, sus conversaciones, sus cosas.

  1. Cambia su imagen

A veces crecen muy rápido, y no les gusta el resultado. Pueden tener complejos y lo pasan muy mal. Por eso hay que decirles lo positivo que tienen, porque ellos no son muy objetivos. Para que asi se valoren, para elevar su autoestima.

  1. Inestabilidad afectiva

No controlan sus sentimientos o estados de ánimo. El sistema límbico, estrato anatómico fundamental de la afectividad, está a tope por su desarrollo hormonal. Tienen gusto por emociones fuertes, por el riesgo; porque valoran mucho la recompensa emocional por esas actividades.

Pero parte de su cerebro no ha madurado totalmente: en concreto la corteza prefrontal, que es lo último en madurar, con el pensamiento, el autocontrol, el control de impulsos, la toma de decisiones, etc

  1. Inseguridad por todos estos cambios 

Intentan demostrar, sobre todo a ellos mismos, que pueden. Ven todo en negativo, y su autoestima suele ser baja. Por eso se muestran prepotentes o insolentes a veces o con conductas agresivas.

No saben lo que quieren. Por eso necesitan nuestro cariño, nuestra confianza y nuestra claridad de miras para ayudarles, para ir encauzando acontecimientos hacia su madurez. Pero desde un segundo plano.

En resumen, nuestros jóvenes adolescentes necesitan que les ayudemos a aprovechar sus enormes posibilidades para madurar y mejorar como personas.

APLICACIÓN:

Recordemos las palabras del apóstol Pablo cuando dijo en una oportunidad: “Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor” Efesios 4:2-6