Alguien dijo en una ocasión que tener un hijo adolescente que era como convivir con cierta locura pasajera, Pero, ¿por qué se comportan de esa manera? Vamos a compartir contigo a continuación algunas características que todas las madres de hijos adolescentes debemos saber:
- Nace su intimidad
Descubre su “yo”, pero no se reconoce. Descubre su interioridad y la protege. Por eso necesita tranquilidad, islas de silencio, para reflexionar sobre su vida. No le gusta que indaguemos en su intimidad: quiere que le respetemos su autonomía, su forma de ser, sus conversaciones, sus cosas.
- Cambia su imagen
A veces crecen muy rápido, y no les gusta el resultado. Pueden tener complejos y lo pasan muy mal. Por eso hay que decirles lo positivo que tienen, porque ellos no son muy objetivos. Para que asi se valoren, para elevar su autoestima.
- Inestabilidad afectiva
No controlan sus sentimientos o estados de ánimo. El sistema límbico, estrato anatómico fundamental de la afectividad, está a tope por su desarrollo hormonal. Tienen gusto por emociones fuertes, por el riesgo; porque valoran mucho la recompensa emocional por esas actividades.
Pero parte de su cerebro no ha madurado totalmente: en concreto la corteza prefrontal, que es lo último en madurar, con el pensamiento, el autocontrol, el control de impulsos, la toma de decisiones, etc
- Inseguridad por todos estos cambios
Intentan demostrar, sobre todo a ellos mismos, que pueden. Ven todo en negativo, y su autoestima suele ser baja. Por eso se muestran prepotentes o insolentes a veces o con conductas agresivas.
No saben lo que quieren. Por eso necesitan nuestro cariño, nuestra confianza y nuestra claridad de miras para ayudarles, para ir encauzando acontecimientos hacia su madurez. Pero desde un segundo plano.
En resumen, nuestros jóvenes adolescentes necesitan que les ayudemos a aprovechar sus enormes posibilidades para madurar y mejorar como personas.
APLICACIÓN:
Recordemos las palabras del apóstol Pablo cuando dijo en una oportunidad: “Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor” Efesios 4:2-6