Cuando hablamos de la felicidad que toda mujer anhela tener en algún momento de su vida debemos reflexionar en los estudios que ha hecho la investigadora social Pilar Sordo. Ella planteado que el ser feliz tiene que ver con un estado permanente en la vida, el cual está vinculado con la tranquilidad, la armonía, paz y el silencio mucho más que con el placer, la euforia o el tener cosas. Ampliaremos estos conceptos a continuación:
Según la investigadora Pilar Sordo, la felicidad se entendería en el día a día, en el cómo se hacen las cosas, en disfrutar cada momento, como si fuera el último. “Tener conciencia de muerte nos vuelve más agradecidos con la vida y nos ayuda a aceptar lo que se viene”.
El problema está en que la felicidad no se entiende en su real magnitud. Para unos son los momentos de alegría, que son fugaces, que duran el tiempo en el que sonreímos o disfrutamos de algo. Esta idea errónea, según Sordo, es lo que nos lleva a pensar que la felicidad son momentos, instantes, cuando en realidad este es un sentimiento en el que se trabaja todos los días.
“Se puede ser feliz siempre, lo cual evidentemente pero no se puede estar contentos siempre, porque felicidad y alegría no es lo mismo, yo puedo ser feliz estando triste, puedo tomar la decisión en forma permanente a lo largo de mi vida, siempre a la medida que uno es consciente de buscar, desear y anhelar esos espacios de silencio y de quietud espiritual que de una manera hay que empezar a buscar”
Sordo llegó a Ecuador hace unos días para dictar una conferencia sobre este tema. La invitó la comunidad digital Relaciones Sabias, que fue creada para apoyar en el desarrollo personal de la gente.
La idea es que podamos mejorar día a día, y aprendamos a conocernos mejor. Por ello, Sordo aclaró que ser feliz es un proceso interno. Cuando nos conocemos a nosotros mismos es cuando podemos comprender que la felicidad no está atada a nadie sino a nosotros mismos. “Se puede mantener a lo largo del tiempo sin lugar a dudas, de hecho, es el gran desafío de la vida, mantener ese estado de armonía independientemente que todo lo de afuera este disarmónico”.
De allí que es importante que se pueda sentir que a pesar de las circunstancias complicadas, de la tristeza, del dolor, del luto que se viva se encuentre la forma de dar gracias porque todo lo que atravesamos nos llena y nos convierte en seres humanos completos. “La felicidad no es el fin último, es el principio y es una obligación por la cual hay que trabajar todos los días”.
APLICACIÓN: Dijo en una ocasión el apóstol Pablo: 1 Tesalonicenses 5:16-18 (NVI) “Estén siempre alegres, 17 oren sin cesar, 18 den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”.
Como mujeres cristianas nuestro rostro y nuestro corazón deben reflejar ese gozo que tenemos como hijas de Dios. Procuremos la alegría, demos gracias a Dios en todo momento. Disfrutemos cada instante de nuestra vida. Involucrémonos en actividades con propósito. Salgamos de esa comodidad un poco extraña a la que nos hemos acostumbrado por años y en la que no nos hemos sentido tan a gusto. Dios tiene planes perfectos para sus hijas, atrevámonos a conocerlos involucrándonos más en su obra. Con toda seguridad experimentaremos mayor seguridad.