1. En momentos de dificultad, uno de los mejores remedios para la crisis de pareja es tener la certeza de que veremos con enorme claridad los defectos del otro y con dificultad los nuestros.

El modo de mirar al otro se distorsiona y nos cuesta cambiar el modo de mirar. Empeñarse en ver lo bueno, incluso escribirlo a diario, conduce a cambiar el pensamiento.

2. Poner en marcha los elevadores del estado de ánimo es otro buen remedio para la crisis de pareja. Estos son:

– La exposición a la luz solar. No podemos ni debemos pasar días enteros sin pasear al menos diez minutos. Si no podemos pasear, es posible dejar el coche aparcado a unas manzanas del lugar de trabajo o moverse de vez en cuando en autobús.

Si realmente durante la semana ha sido imposible, el fin de semana ¡hay que descansar! La falta de descanso daña el carácter y no hace posible una convivencia con alegría

– Aumentar el número de horas de sueño o conseguir que las horas de las que disponemos realmente sea un sueño reparador

– Ejercicio físico a diario al menos 20 minutos. Quienes están convencidos de la necesidad del ejercicio para la salud física y mental se levantan media hora antes y lo consiguen

– Empeñarse en hacer una dieta equilibrada de modo que físicamente estemos sanos en la medida de lo posible

-Frecuentar la compañía de amigos o familiares con los que realmente estemos tal cual somos, lo pasamos bien y tenemos la confianza suficiente como para poder explicar que no es el mejor momento de nuestra vida. Los buenos amigos son un gran consuelo para el alma.

APLICACIÓN:

Recordemos las palabras de Jesús cuando dijo: “Dichosos los que trabajan por la paz porque serán llamados hijos de Dios”.

En nuestra relación de pareja debemos trabajar precisamente por la paz, renunciar muchas veces a nuestras propias actitudes o malos hábitos nos hará reflejar de una manera mucho más efectiva a Cristo en nuestra vida.

Tomemos esa decisión ahora ya es tiempo de salir de nuestras malas costumbres.