La semana pasada estuvimos compartiendo junto a uds en el segmento dedicado a la mujer sobre algunas vidas que realmente nos han dejado grandes enseñanzas. Mujeres que han cambiado la historia de la humanidad. Hoy compartiremos contigo la vida de algunas otras:
- Indira GandhI
Una mujer que decidió reformar y modernizar a su país, industrializándolo y tratando de darle educación a 600 millones de personas. Pero sobre todo luchó por retirar el injusto sistema de castas y por detener la explosión demográfica. Pensaba que la educación era lo único que podía ayudar a su pueblo. Luchó contra los tabúes de adoración de animales sagrados como las vacas y debido a todo esto los grupos fanáticos empezaron a desear su muerte.
La muerte de tan ilustre hindú fue una conmoción en todo el mundo, pues a lo largo de su mandato Indira fue reconocida como una de las mujeres más inteligentes y valiosas del siglo XX.
- Frida Kahlo
Frida Kahlo fue una destacada pintora mexicana cuya vida estuvo marcada por el sufrimiento físico que comenzó con la poliomielitis que contrajo en 1913 y continuó con diversas enfermedades, lesiones, accidentes y operaciones.
Sobreponiéndose a la adversidad y gracias a su fuerte personalidad comenzó a pintar para no aburrirse mientras estaba postrada en su cama. Nunca imaginó que sus cuadros serían famosos, y que conseguirían en tan solo 15 años el reconocimiento mundial, con un particular estilo que combinaba su México natal con fuertes influencias de pintores europeos. Una de sus frases célebres más conocidas: “Pies, para qué los quiero si tengo alas”.
Grandes mujeres que con su aporte y su conducta cambiaron la historia de la humanidad. Como lo dijo un día el salmista:
CONCLUSION:
Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. Salmos 143:8
Palabras sabias que evocan la dirección de Dios en nuestra vida. No necesitamos hacer grandes prodigios para dejar una huella en el mundo e impactar la vida de otras personas. Empecemos cumpliendo las funciones que ahora ya tenemos pero desde otra perspectiva. Seamos aquellas mujeres que Dios espera. Más obedientes, más dedicadas. Seamos aquellas madres que nuestros hijos necesitan. Seamos aquellas esposas que no se dan por vencidas.