Te has puesto a reflexionar últimamente sobre cómo está tu vida? Hoy queremos compartir contigo una historia que nos dejara grandes enseñanzas.

Un viejo carpintero estaba listo para retirarse. El extrañaría el salario que recibía pero quería retirarse.

El empleador estaba triste de ver que un buen empleado se retiraba y le pidió, como favor personal, que construyera una última casa. El carpintero dijo que sí pero con el tiempo se vio que su corazón y su esfuerzo no estaban en el trabajo. No hizo bien su labor y seleccionó materiales de baja calidad. Fue la peor casa que había construido en la vida.

Fue una manera infortunada de terminar su carrera. Cuando el carpintero terminó el trabajo y el empleador vino a inspeccionar, le abrió la puerta al carpintero, lo invitó a seguir y le dijo “Esta es tu casa, mi regalo para ti”.

Qué lástima! Qué arrepentimiento! “Si hubiera sabido que esta iba a ser mi casa la construyo de manera diferente” dijo el carpintero. Ahora tenía que vivir en la casa que el mismo había construido y era un desastre.

Lo mismo sucede con nosotros. Construimos nuestra vida de una manera displicente. De una manera reactiva en lugar de positiva.

Esperamos el lugar de actuar. Ponemos mucho menos de lo que tenemos en nuestros esfuerzos y vivimos en una permanente queja tratando de culpar a los demás de nuestra situación. En cosas importantes, con la familia, amigos, el trabajo, etc., no damos lo mejor que tenemos. Entonces, con sorpresa, nos encontramos viviendo en la casa que nosotros mismos hemos construido. “Si hubiera sabido habría actuado diferente” pensamos, tal como lo hizo el carpintero

Piense en Ud. mismo como el carpintero. Piense acerca de su casa. Cada día, cuando tenga que clavar un clavo, colocar una división o levantar una pared, hágalo sabiamente, hágalo con amor y dé lo mejor que tiene. Es la única vida que llegarás a construir.

La placa sobre la pared dice “LA VIDA ES UN PROYECTO DE AUTOCONSTRUCCION”. Su vida hoy es el resultado de sus actitudes y decisiones del pasado.

CONCLUSION:

Recordemos las palabras del sabio Salomón cuando dijo: Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.
Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. Proverbios 3:1-2