Hola soy María Paula y tengo dos hijos uno de 10 y otro de 12.

¿Quisiera que desarrollen el habito de la lectura díganme que puedo hacer?

Si ese también es tu caso pon atención a los siguientes consejos:

 El hábito lector no sabe de obligaciones pero es muy contagioso. Si nuestro hijo nos ve leyendo es casi seguro que también acabará por coger un libro. Pero si le obligamos a leer saldrá huyendo como de la peor peste.

 Crear en casa un ambiente de lectura. Reservar alguna hora del día o del fin de semana para ello. Eso hace suponer que en la familia hay ratos dedicados a la lectura a los que los hijos se pueden sumar.

 Hablar sobre los libros. Oír cómo se comenta el interés, la pasión, el aburrimiento o la tristeza que suscita la novela que tienes entre manos prolonga la actividad lectora, se crea una transmisión de saberes y de comunicación muy importante para cimentar el gusto lector.

 El libro es un elemento físico a través del cual se establecen infinidad de vínculos emocionales entre padres e hijos. Acercarse al hijo que lee, sentarse a su lado, interesarse por la historia que está leyendo y escuchar lo que nos cuenta, es una forma preciosa de mostrar nuestra afectividad. Y nuestro hijo lo agradecerá. La lectura, al igual que muchos otros gustos o hobbies, tiene mucho que ver con la afectividad.

 Leer los libros apropiados para tu hijo. Conocer la inmensa oferta actual de libros infantiles y compartirlos con los hijos va a suponer para muchos padres el descubrimiento de una literatura rica y variada, que proporciona momentos de conversación e intercambio con los niños.

 Buscar entre esta oferta temas que conecten con las aficiones de nuestros hijos. Hay libros infantiles sobre muchos campos y dirigidos a mentalidades y edades muy variadas. No hay duda de que sobre lo que le gusta a tu hijo hay también títulos interesantes que le pueden atrapar.

 Incluir en las salidas de compras una vuelta por una buena librería. Aunque no se compre nada, es bueno ver las novedades que han aparecido, o qué hay sobre un autor o un tema que le interesó.

 Tratar de averiguar qué tipo de lector es nuestro hijo y respetar su ritmo. Quizás hay lectores compulsivos, que no paran hasta que hayan terminado el libro. Los hay, en cambio, calmosos. Hay lectores a quienes les gusta releer el mismo libro y los hay ávidos de novedades. Los hay noctámbulos y diurnos. Darle un margen a su manera de leer contribuye a consolidar el hábito.

CONCLUSIONES:

Proverbios 10:1 El hijo sabio alegra al padre.