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Los olores del interior de una casa pueden venir de diferentes fuentes. A todos nos gusta que nuestro hogar tenga un olor característico y personal, pero siempre agradable. Para que el aire sea sano y se sienta fresco, sigue estas indicaciones iniciales:
– Ventila tu vivienda cada día, mejor a primera hora de la mañana, al menos 10 minutos. El aire fresco y en circulación «saca» de casa los olores.
– Mantén los espacios limpios. El uso habitual de productos de limpieza evita la acumulación de malos olores.
– Incorpora ambientadores (¡sin pasarte!). En el interior de cajones y armarios, pero también en las estancias. No abuses de aromas fuertes e intensos, sobre todo en los dormitorios, pero escoge un olor con el que te sientas cómodo.
– Lava las fundas de cojines y las cortinas. Los textiles de nuestro hogar acumulan olores. En el caso de las alfombras, vierte bicarbonato de sodio sobre la superficie, deja que actúe unos 30 minutos y pasa el aspirador.
– Olores en la cocina: Hoy comemos brócoli: coloca cuencos con vinagre en la cocina y cerca de la puerta para eliminar los olores más fuertes como brócoli, repollo o pescado.
– Acumulación de ropa sucia. Esto genera olores. Es importante mantener al día el cubo de la colada. Pero si se ha acumulado y las prendas tienen olor a ropa sucia, añade bicarbonato de sodio antes de lavar.
– El temido olor a humedad. El moho y los hongos son los culpables de ese olor. La humedad se produce cuando falta la circulación de aire, tanto en una estancia como en la ropa, al tardar en secarse, por ejemplo. El vinagre es una solución casera. El olor a vinagre desaparece con el olor a humedad. Remoja en agua muy caliente con vinagre blanco destilado la ropa. Después lávala en agua fría en la lavadora. Repite si el olor no ha desaparecido por completo.
CONCLUSIONES:
Dijo en una ocasión el sabio Salomón: Esclesiastés 3:1 Traducción en lenguaje actual (TLA) “Hay un tiempo para todo 3 En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo”