Hola que placer ser tu compañía en este día.

¿Eres de aquellas mujeres a las que les encanta practicar algún deporte?

Déjame decirte que esta muy bien desarrollar ese tipo de habito en tu vida, pero sin llegar a abusar de aquello. Hoy queremos compartir contigo algunos casos en los que esta practica puede volverse peligrosa

• Cuando le dedicamos todo nuestro tiempo libre, descuidando otras actividades, en cuyo caso puede llegar a producir, vigorexia que es un trastorno asociado a la adicción al ejercicio físico y a su práctica de forma compulsiva, de manera que las personas que lo sufren, además de ser más propensos a sufrir lesiones, tienen una visión distorsionada de su cuerpo y suelen tener baja autoestima.

• Cuando nos centramos sólo en el beneficio estético, y es que acudir al gimnasio solamente con la intención de querer ser delgado, usar una determinada talla o estar super musculado, buscando un modelo corporal concreto y basado en una estética determinada es un error, que acaba haciendo que te compares con otros y te sientas mal.

• Cuando la actividad no concuerda con nuestras capacidades. Realizar ejercicio por poco que sea es bueno para nuestra salud, y no hace falta ser un deportista de élite para notar sus beneficios, pero no realizar un deporte acorde con nuestras capacidades o fijarnos entrenamientos o metas muy altas, hace que tengamos más posibilidades de fracasar, lesionarnos o abandonar, no siendo capaces de generar este hábito tan saludable, lo que en consecuencia afecta a nuestro estado de ánimo y autoestima.

• Cuando no aceptamos que una lesión nos impide desarrollar el deporte que nos gusta o cuando las marcas, las metas o los entrenamientos ya no son o tienen la misma intensidad que antes, y esto nos hace sufrir y lleva incluso a muchas personas a la depresión, como vemos en algunos atletas de élite, cuando finalizan su carrera deportiva. Para que no ocurra, hay que cambiar el punto de vista, y ver el deporte como salud, no como competición

• Cuando pensamos que por haber hecho algo de deporte, tenemos vía libre para atiborrarnos y no cuidar nuestra alimentación u otros aspectos de nuestra vida. El deporte tiene que estar acompañado de una alimentación equilibrada y saludable, y es que no se trata de perder calorías por un lado, para ponerlo como excusa e ingerir demasiadas grasas, azúcares o alimentos procesados por el otro, porque las malas prácticas alimenticias acaban degenerando en alteraciones metabólicas y hormonales.

APLICACIÓN:

Dijo en una ocasión el apóstol Pablo: 2 Corintios 12:
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.