Hola una vez más, nos agrada acompañarte. ¿Cuántas veces terminamos consiguiendo un pintor que se encargue de nuestras paredes por miedo a hacer algo mal? O realmente nos animamos a pintar nosotras y nos equivocamos y después no sabemos cómo dar marcha atrás.

Pues bien, te daré algunos consejos que deberías tener en cuenta a la hora de pintar tu hogar. ¡No volverás a fallar!

1. Usa siempre cinta. Seguro piensas que no es necesario usar cinta para cubrir molduras, marcos, ventanas y demás, ¡pero es muy necesario! Pues en el momento en que menos esperas, el pulso te puede fallar y listo, manchas algo con pintura que no debías.

2. Cuida tus pisos. Ignorar a esa voz interior que te dice que deberías colocar algo para proteger tus pisos de la pintura no te llevará a buen puerto. Te sugiero que compres muchos paños para colocar en el piso, o al menos muchas hojas de diario. Además, en caso de salpicar, procura limpiar enseguida la pintura pues, si esperas, se secará y luego será muy complicado volver atrás.

3. No seas ansiosa. Si eres como yo, seguramente no tengas mucha paciencia para esperar que la pintura se seque lo suficiente, pero te aconsejo que hagas un gran esfuerzo.

Tan solo 15 minutos en el secado pueden hacer la diferencia, y si te precipitas, eso puede tener graves consecuencias en el resultado final y hasta tal vez tengas que volver a empezar.

4. Utiliza un sellador. Es  imprescindible usar sellador de pintura, tanto para que el aspecto sea mucho mejor, como para que la duración sea mayor. La buena noticia es que hay miles de pinturas en el mercado que lo tienen incluido, y eso te ahorra tanto tiempo como dinero.

5. Adquiere las herramientas adecuadas. A veces es mejor gastar un poco más de dinero y tener herramientas de mejor calidad, pues puede suceder que estés pintando y de repente se rompa el pincel, o el rodillo absorba demasiada pintura o deje marcas en la pared.

APLICACIÓN:

Es importante que nos preocupemos por la fachada de nuestra casa, pero también es importante que lo protejamos de cualquier cosa o amenaza. Dijo el salmista en una ocasión: «Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí.» Salmo 3:3-6.  Eso incluye también nuestro hogar.