Hola que gusto compartir este espacio junto a ti. Lourdes nos ha hecho una consulta desde Ambato Ecuador y que dice así: Tengo un hijo adolescente de 14 anos con el que casi no puedo tener una conversación sin terminar en discusión díganme que debo hacer. Si es también es tu caso pon atención a los siguientes consejos:

1. ASUMIR
Estos se da cuando los adultos asumen cómo actuarán sus hijos adolescentes y entonces, ellos actúan de acuerdo con lo que han asumido. El problema es que ignoran la habilidad de los adolescentes para aprender y crecer.

2. RESCATAR/ EXPLICAR
Al rescatar se previene que ellos experimenten las consecuencias de su comportamiento. Al explicarles se les previene para que no descubran el significado de las cosas por sí mismos. Esto es lo que pudiera estarse dando cuando un adolescente dice; «¡Dejen de tratarme como si fuera una criatura de 2 años!».

3. DIRIGIR
¿Piensa en cómo te sientes cuando tu jefe te dice cómo hacer cada pequeño detalle de un proyecto sobre el cual ya sabes muy bien qué hacer o que puedes determinar cómo hacerlo por ti solo. ¿Qué le sucede a tu motivación y a tu sentido de la responsabilidad?

4. EXPECTATIVAS
Esto difiere de tener expectativas apropiadas, que llevan a establecer estándares muy altos y luego criticar todo aquello que está por debajo. A continuación, ejemplos de «guías de comunicación», que son lo opuesto a lo anterior:

5. REVISAR
Respetar a la persona lo suficiente como para preguntarle cuál es su comprensión sobre una situación. Sería algo como «¿Qué crees que necesitarás para tu viaje?» versus «¡Recuerda llevar esto, aquello y no te olvides de lo otro!».

6. EXPLORAR
Exploramos cuando preguntamos: «¿Qué fue lo que entendiste sobre cuándo debes llegar a casa?» versus «¿Sabes qué tan tarde es?» (¡Claro que ellos lo saben!). Conseguir su comprensión hará que la responsabilidad recaiga sobre ellos y no sobre los padres.

CONCLUSIONES:

Dijo en una ocasión el apóstol Pablo: “Te haré entender y te ensenare el camino en que debes andar, sobre ti fijare mis ojos” Salmos 32:8 . Así como Dios nos ha dado a conocer muchísimas cosas para nuestro bien y nuestra vida, así también debemos hacerlo con nuestros hijos.