Hola que gusto ser tu compañía otra vez.
Laura nos ha escrito desde Chile y nos hace la siguiente consulta:
Tengo una hija que está a punto de entrar a la universidad y todavía no sabe qué carrera va a seguir. ¿Díganme como puedo ayudarla?.
Si ese también es tu caso pon atención a los siguientes consejos.
1. Identificar los talentos. El joven puede evaluar en qué campo o ámbito de la ciencia, las letras o las artes es naturalmente bueno.
2. Identificar la pasión. Reconocer si coincide en lo que es bueno con algo que le apasione hacer. La pregunta clave aquí sería: ¿qué haría gratis por el resto de la vida?
3. Ponerlo en práctica. Hay muchos jóvenes que recién esperan al cuarto año de la Universidad para validar si es lo que le apasiona puede ser su modo de vida. Pero es mejor, incluso desde la época escolar, postular a organizaciones o voluntariados en las que pueda ejecutar dicho talento.
4. Visualizar el futuro. Para aportar con la decisión es importante que el joven se pregunte dónde quiere estar dentro de cinco años, o qué historia le gustaría contar en ese lapso. Luego de ello, puede armar un plan de acción para poder lograr ese objetivo.
5.Ser ambicioso. Desde los 17 y hasta los 24 años, el joven atraviesa la etapa de vida en la que debe asumir riesgos, ya que no se tienen grandes responsabilidades. Es el momento ideal para apostar e ir por aquello que le apasiona y dar todo hasta conseguirlo.
Hoy día muchos padres enseñan a sus hijos y les dicen: “tienes que ser alguien grande, sé abogado, doctor, maestro, ingeniero, arquitecto, gana mucho dinero”. Y eso está muy bien, es bueno enseñarles a los hijos a aspirar las mejores cosas y a trabajar para alcanzar logros y éxitos.
APLICACIÓN:
Pero el mejor de los consejos que podemos darles es: “sé una sierva de Dios, busca primeramente el reino de él porque las demás cosas serán añadidas, deléitate en Jehová y el concederá las peticiones de tu corazón”.
¡Qué maravilloso ver que conforme los hijos van creciendo, el Señor los va bendiciendo y comienza a manifestarse en ellos! Si tu deseas que tus hijos sean ministros de Dios, comienza enseñándoles lo principal que es amar a Dios, temerle y servirle.