Te has preguntado ¿cuánto tiempo en promedio convives con tus hijos? y nos referimos a tiempo de calidad, en donde haces lo posible por escucharlo, jugar con él o ella y hacer lo que sea que desee en esos momentos.

Las generaciones van cambiando conforme pasa el tiempo, y es muy probable que prefiera estar pegado a su tableta o a un video juego en lugar de convivir con sus padres.

Nacieron con un chip e inquietudes que tú cuando tenías su edad, no las tenías. Por esa razón compartiremos contigo algunos errores en la crianza que echan a perder a los niños:.

1. No quiero que se aburra:
El niño debe de tener muy presente que el aburrimiento es un factor de desarrollo necesario, es aquí cuando su imaginación toma el timón del momento y lo convierte en magia. Así que la próxima vez que se aburra déjalo, no le des tu celular ni le hagas mucho caso ¡le estás haciendo un favor!

2. Sus deseos son órdenes:
Existen papás que tratan de complacer en todo momento a sus hijos, y claro que es un gesto lindo. El problema viene cuando los nenes les toman la medida perfecta, quieren de inmediato lo que sea que estén pidiendo y si no lo obtiene la salida más sencilla es hacer el berrinche del año.
Como madres debemos debemos posponer su lista de deseos. Así que cuando al fin le compres ese juguete que tanto anhelaba lo vas a hacer el niño más feliz del planeta tierra, y en consecuencia le dará el valor que realmente tiene.

3. Solo estaba jugando:
¡Ojo! No debes de justificar las acciones de tu hijo con esta frase. Puede estar agrediendo a alguien más, lastimando a un animal indefenso o insultando a un tercero.
Los niños son conscientes y entienden perfectamente sus acciones. Es importante que los eduques para que se comporten bien con todas las personas que los rodean, la empatía es un factor fundamental

APLICACIÓN:

Recordemos las palabras del salmista cuando dijo: Salmos 127:3

He aquí, don del SEÑOR son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre.
En todo momento debemos tener presente que nuestros hijos son un regalo y una bendición de Dios. Hagamos cosas que contribuyan en su crianza de manera positiva.

Pidamos a Dios sabiduría para poder guiarles y criarlos de la manera más correcta. Seamos aquellas madres que marcan la diferencia y que saben cómo distinguirse de las demás porque tienen a Cristo en corazón