¿Cómo está tu vida? ¿Has tomado decisiones últimamente? ¿Te ha costado ser constante en alguna área de tu vida?
Hoy compartiremos contigo una reflexión que nos dejara grandes enseñanzas al respecto:
En la pequeña escuela rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un pequeño tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.
Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente a un Hospital
En su cama, el niño horriblemente quemado y semi-inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría. De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.
Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacio. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el medico a la madre: habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida sin la posibilidad de usar sus piernas.
Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido, caminaría.
Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista. Y aun después, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, llegó a ser el atleta estadounidense que corrió el kilómetro más veloz el mundo.
Todo lo podemos lograr con valor y fuerza para tomar decisiones y ser constantes a la hora de darles forma.
APLICACIÓN:
Recordemos las palabras del sabio Salomón cuando dijo: No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. Proverbios 4:27
Cuando de tomar decisiones se trata siempre debemos tener nuestros ojos puestos en Dios el autor y consumador de nuestra fe.