¿Crees que tu lenguaje de amor está llegando a tu pareja?
O ¿que el lenguaje de tu pareja está llegando hasta ti?
Nos referimos a las formas que tenemos de expresar nuestro cariño amor y afecto a nuestra pareja.
1. Palabras de afirmación:
Son aquellos elogios verbales, palabras de aprecio y reconocimiento.
Son aquellas palabras poderosas que inspiran y transfieren a la persona amada, valor seguridad, confianza en su capacidad. Se concentra en lo que se está diciendo con palabras a la pareja.
2. Actos de servicio:
Se refiere a hacer aquellas cosas que sabemos que a nuestra pareja le gusta que hagamos. Aunque quizás a nosotros no nos guste ni nos apetezca demasiado, No lo hacemos por nosotros, lo hacemos por ellos.
Un ejemplo de aquello podría ser ordenar la casa antes de que llegue, organizar una cena con su grupo de amigos, no debe hacerse motivado por el miedo, la presión u obligación sino que se debe hacer por elección, porque quiero que mi pareja se sienta amada por mí.
Es un gesto de amor y respeto por sus necesidades y diferencias.
3. El toque físico:
Este lenguaje va desde el sexo hasta una simple caricia. Tomarse de las manos, un masaje, sentarse juntos a leer un libro, etc.
4. Regalos:
No se trata de grandes y caros regalos sino de gestos como una notita, un mensaje, una flor silvestre, etc ya que dar un regalo significa que esa persona está pensando en la otra.
5. Tiempo de calidad:
Puede resultar el lenguaje más complejo de adquirir. Es el tiempo compartido de calidad y unión. No se trata de estar en el mismo espacio físico de simple proximidad o de estar haciendo dos cosas diferentes a la vez sino de estar en unión y atención plena entre las dos personas que somos
APLICACIÓN:
Recordemos las palabras del apóstol Pablo cuando dijo:
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor…
Si queremos ser emocionalmente inteligentes en el amor y efectivos comunicadores del amor es necesario estar dispuestos a aprender el lenguaje amoroso de nuestra pareja. Ese debe ser nuestro reto.