Hilda nos ha escrito desde Bogotá Colombia y nos hace la siguiente consulta: Mi mama quedo viuda hace algunos años y ahora ya no se puede valer por si misma, está bastante enferma y los hijos estamos turnándonos para poder cuidarla. Que consejos me darían? Si ese también es tu caso o estás pasando por una situación similar a la de Hilda, pon atención a las siguientes recomendaciones

Estás cerca de estar a cargo de algún adulto mayor o muy pronto lo estarás:

1.    Habla con tus padres acerca de los planes que tienen para cuando el fin se acerque: puede sonar desagradable pero, frecuentemente, la gente mayor aprecia que se escuchen sus deseos. Si es posible, escríbelos para que no exista confusión si se da el caso de que necesiten asistencia para vivir dignamente.

2.    Lleva a cabo una junta familiar para asignar las responsabilidades de cada quien.

3.    Sé abierto: “Las familias pueden hacer hasta lo imposible para evitar que el padre o la madre terminen en un asilo, aun cuando éste puede ser el mejor lugar para ellos”, según recomiendan especialistas

4.    Investiga la condición médica de tus padres para que hagas las preguntas correctas cuando estés buscando un lugar para su cuidado

5.    Investiga en las fuentes gubernamentales, empezando por el centro de salud más cercano.

6.    Acepta ayuda. Es fácil sentirte abrumado y con resentimiento por tu situación, así que deja otros te ayuden en lo que puedan. ¡Alejarte un poco de la situación es importante para ti.

7.    Sigue en contacto con tus amigos y date tiempo para estar con tu pareja e hijos.

  1. ¡Ríe! La risa libera endorfinas, lo que te ayuda a librarte del estrés y a mejorar tu aspecto.

CONCLUSIONES:

Recordemos las palabras de Judas cuando escribió: Que reciban misericordia, paz y amor en abundancia. Judas 1:2 

En todo momento tratemos de experimentar estas tres emociones: misericordia, paz y amor ya que con ellas podremos servir a nuestro prójimo, a nuestros seres queridos y sobrellevar de mejor manera las situaciones difíciles.

Seamos consecuentes con todo lo que un día también recibimos de parte de ellos y que nos ayudó a ser las personas que ahora somos. Llevemos a la práctica nuestra profesión de fe.