Cuándo nuestros hijos llegan a la edad de 4 o 5 años y no tienen ningún hermano, es posible que nos pidan un hermanito, pero cuando lo tienen… ¡comienza la guerra entre ambos!
Carmen nos ha escrito desde Guayaquil Ecuador y nos hace la siguiente consulta: Mis hijos de 10 y 12 años pelean constantemente, díganme, ¿Qué puedo hacer?
Si ese también es tu caso pon atención a los siguientes consejos:
1. Facilitar un ambiente donde esté presente la interacción positiva: evitar las discusiones delante de nuestros hijos, hablar con corrección, no insultar, no herir a los demás, etc. Los padres somos modelos a imitar por nuestros hijos.
2. Enseñar a nuestros hijos a expresar sus sentimientos (aunque sean de enfado y rabia) sin discutir ni pelear. ¿Cómo?
Cuando estemos enfadados, se lo debemos decir adecuadamente: Estoy muy enfadado porque no me gusta que me falten al respeto, voy a calmarme y luego hablamos.
Cuando nuestro hijo se enfade, le diremos: Sé que sientes mucha rabia, pero debes calmarte respirando profundamente y contando hasta 10, entre otras cosas
3. Dedicar un tiempo especial a la semana a cada uno de nuestros hijos. Que ellos sepan qué momento les pertenece a cada uno.
4. Leerles cuentos donde se trate la relación entre hermanos.
5. Enseñarles formas de compartir y pedir adecuadamente las cosas. A los más pequeños (hasta los diez años aproximadamente) les podemos asignar media hora al día para que la dediquen a prestarse los juguetes mutuamente.
6. No “etiquetarlos” (“el contestón”, “el cariñoso”, “el comilón“).
7. Evitar hacer comparaciones entre ellos.
CONCLUSIONES:
Nuestra tarea como madres va más allá que solo impartir una educación básica sin acompañamiento. El sabio Salomón dijo que “debemos corregir a nuestros hijos mientras haya esperanza” pero también debemos corregirnos a nosotras mismas cuando no estemos dedicándoles el tiempo que ellos necesitan o expresándoles palabras que no los edificaran.