Hola que gusto acompañarte. Hace cientos de años, el imperio romano, un imperio que gobernaba grandes territorios, se vino abajo…y desapareció completamente.

Una de las causas para que esto haya ocurrido según los historiadores, fue la destrucción de la familia. Por eso es necesario que nuestra familia se fortalezca hoy más que nunca. Déjame compartir contigo a continuación 6 cualidades de una familia que está realmente fortalecida:

1. Compromiso con la vida familiar. (1 Cor 13:4-7)
Es muy difícil encontrar a una familia con dos o tres décadas de vida familiar que no hayan tenido problemas, enfermedades, crisis económicos, conflictos interpersonales…entre otros. Y todos, todos siempre tendremos problemas como personas

La diferencia entre una familia que fracasa y una que tiene éxito es el compromiso, eso hace que pueda resistir. El compromiso significa esa responsabilidad, que se tiene de salir adelante con la familia tanto en las buenas como en las malas. No son sólo palabras, se demuestra con hechos completos y específicos.

2. Aprecio de unos por otros. (1 Pedro 1:22)
El aprecio hay de demostrarlo, hay que decirlo, debemos decir a nuestra pareja que le amamos, a nuestros hijos expresarles nuestro afecto. Si hay algo que hace mucho daño es la falta de estimación personal, la falta de valoración.

Una de las debilidades más comunes.
No podemos maltratar a las personas que son imagen y semejanza de Dios. Para Dios todos somos importante. Nuestra esposa, nuestro esposo, nuestros hijos son un tesoro; la familia es una herencia, un regalo que Dios nos ha dado. Pero con qué frecuencia se nos olvida que lo que Dios nos ha dado es muy valioso.

APLICACIÓN:

Dijo el apóstol pedro en una ocasión: Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; Pero ¿cómo convivir en unidad, en medio de tantas diferencias? Por medio del Espíritu Santo, el factor más importante cuando de unidad se trata, porque es Él, el instrumento que Dios usa para producir en los corazones de todos, el mismo sentir, un mismo respirar, una misma visión. Porque nada más indispensable que Aquel que en medio de las riñas pueda consolarse con el Espíritu Santo así como Dios lo hace. ¿Y cómo se logra esto? En oración íntima y en familia.