En algún momento los niños sienten el deseo de tener una mascota.

Ante este pedido, muchos padres se pronuncian con un rotundo “no”, sin antes haber pensado en los beneficios que ello puede significar para la familia.

Cómo hacer de esta situación una oportunidad para que los hijos asuman diversas lecciones, es lo que aborda esta nota. Las siguientes son algunas reflexiones que pretenden resaltar el lado positivo de llevar una mascota a casa, de modo que se convierta en una experiencia valiosa para la familia:

1. Lecciones de responsabilidad: es tal vez el criterio más relevante que anima a los padres a ceder ante este pedido de los hijos. El hecho de que ellos vivan en cabeza propia los cuidados y la atención que requiere una mascota, reforzará su sentido de responsabilidad, de sacrificio y de compromiso. Claro está que el éxito del objetivo, radicará en que los padres les asignen a los chicos el cuidado absoluto de la mascota, sin realizar por ellos las tareas que están bajo su encargo.

2. Una forma de enseñar el buen trato: la convivencia con los animales contribuye a que los niños aprendan valores como el respeto, el buen trato y por consiguiente otorguen un mayor sentido a la vida, pues sin duda la conexión con su mascota, despierta una sensibilidad especial por la naturaleza. Corresponde a los padres entonces, educar a los pequeños a brindarle a sus mascotas un trato adecuado, teniendo la conciencia de que son seres vivos que precisan de asistencia y afecto por parte de los humanos.

3. Autoestima y autoconfianza: en algunos casos las mascotas pueden ayudar a los niños a reforzar su autoestima, en especial aquellos de carácter retraído, debido a que se sienten queridos y estimados, de la misma manera que les permiten poner en práctica las destrezas sociales que refuerzan la confianza en sí mismos.

4. En el caso de los hijos únicos: algunos psicólogos son partidarios de que los hijos únicos posean una mascota puesto que les permite reforzar la generosidad, la cooperación y en gran parte, ayuda a dispersar la atención exclusiva de los padres muy frecuente en estos casos. La compañía es otro asunto relevante; el hijo único tiende a sentirse solo, por lo que una mascota puede ayudar a subsanar ese vacío.

5.Cooperación y entrega: el tener una mascota ayuda a que los hijos adquieran habilidades para cuidar a otros, lo que vigoriza su empatía y capacidad de entrega. Por añadidura, se evidencia una actitud más responsable frente a la salud y el bienestar.

6. Sano esparcimiento: los animales domésticos, en su gran mayoría, demandan tiempo de sus dueños para atender a los cuidados y necesidades de recreación, de aseo, de alimentación, etc. Por tanto, una mascota es una ocupación sana para los hijos, que además, evita el ocio –generalmente- reducido a las pantallas.

APLICACIÓN:

Dijo en una ocasión el apóstol Pablo: Porque todas las cosas proceden de él,
y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén. Romanos 11:36
Todos los seres vivos forman parte de la maravillosa creación de Dios. Si tenemos la posibilidad de adquirir una mascota y nos va traer beneficios. Hagámoslo!