1. Se nos permite llorar: Las mujeres podemos llorar, y nadie nos HUMILLARA por hacerlo. No hay reglas sociales que nos impidan llorar. Si necesitamos llorar lo hacemos, y eso es una gran ventaja. A su vez, tampoco nos obligan a llorar, tenemos libertad. Llorar o no llorar es nuestra libre elección. Es maravilloso.
2. Creamos vida Tenemos un cuerpo maravilloso, capaz de albergar y dar vida. Supone esfuerzo y dolor, es cierto, pero su recompensa vale una vida. Claro que necesitamos un poco de ayudar para dar vida a una nueva criatura, pero digamos la verdad: nos podemos llevar casi todo el crédito, es gracias a nosotras que hay vida. Siéntete orgullosa por ello.
3. Somos buenas negociadoras. Por lo general, por mucho que los hombres se crean los reyes de la casa, somos nosotras quienes nos salimos con la nuestra. No porque seamos unas mandonas, sino porque somos buenas negociadoras, somos convincentes y sabemos ponerles de nuestro lado. ¿A que sí?
4. Podemos arreglarnos para vernos bien. Es socialmente incorrecto que los hombres se maquillen por las mañanas, pero a nosotras se nos permite. Por muy feúchas que nos despertemos en la mañana, podemos disimularlo completamente con unos minutos ante el espejo. Los hombres en cambio, ahí se quedan, con la cara que tengan.
6. Podemos hacer muchas cosas a la vez. Mientras los hombres en general parecen incapaces de hacer más de una cosa a la vez, nosotras podemos, por ejemplo, leer, cocinar, y conversar a la vez… Somos capaces de realizar multitareas.
7. Tenemos mayor inteligencia emocional. Somos más conscientes de nosotras mismas, tenemos más variedad de emociones, es cierto… pero es porque hemos llegado a dominar mayor cantidad de emociones, empatía y habilidades sociales. Y por ultimo tenemos mayores oportunidades para servir.
APLICACIÓN:
“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo: —Ustedes saben que los que se sienten jefes y grandes señores se portan como los amos del mundo e imponen su autoridad sobre todos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, si alguien quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos. Yo, el Hijo del hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida.” Marcos 10:42-45