¿Cuántas veces no hemos tenido que dejar esa prenda preferida, porque su color negro luce blanquezca?

1. Las prendas de colores negros u obscuros pierden su color original en las primeras lavadas, para evitar esto antes de utilizar la prenda: Poner agua a hervir con un puñado de sal, colocar la prenda dentro del recipiente y dejarla por aproximadamente una hora, pero hay materiales que encogen cuando son lavadas con agua caliente, si no estás segura, deja enfriar al agua a temperatura del ambiente y luego colocas la prenda.

2. Para que los colores negros u obscuros se mantengan por más tiempo; lavar las prendas obscuras como normalmente se hace, dejar reposar en la lavadora o en un recipiente la prenda con agua, un puñado de sal y el contenido de una lata de cerveza, puede ser enjuagada, pero de preferencia se puede solo exprimir y poner a secar, el olor se va por si solo.

3. ¿El bolígrafo se descompone y mancha la bolsa de la camisa o de la blusa preferida con tinta? Aquí está la solución: tan pronto como sea posible, sumergir la parte afectada en un poco de leche, dejarla allí de 30 a 45 minutos, restregar un poco y luego lavarla con jabón para trastes y listo.

4. Pasa algunas veces, los niños dejan el chicle en alguna silla, el chicle se pega a la ropa, algo que siempre funciona: colocar un cubo de hielo debajo de la parte donde esta el chicle hasta que este se congele, una vez congelado, se desprende cuidadosamente y se quitan los restos con cepillo suave, de preferencia un cepillo para los dientes. Pero algunas veces el chicle deja una mancha que se torna negruzca, esto se puede solucionar con clara de huevo, se pone sobre la mancha, se deja reposar por 10 o 15 minutos, se lava normalmente.

5. Para sacar el oxido de la ropa, especialmente las prendas blancas; en un recipiente pequeño, se mezcla el jugo de un limón, se agrega una cucharada de sal de cocina, se impregna la parte afectada directamente con esta mezcla, se deja descansar y secar al sol, es casi milagroso, la mancha desaparece.

APLICACIÓN:

Dijo el apóstol Pablo en una oportunidad: : “Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una lección” Proverbios 24:32.