Hola que tal un gusto acompañarte un día más! Mirian nos ha escrito desde Ecuador y nos hace la siguiente consulta: tengo una hija de 14 años que generalmente pasa de mal humor, mal genio y de mal carácter. Hay momentos en los que ya no sé qué hacer. Que me aconsejan, Si ese también es tu caso pon atención a las siguientes recomendaciones:
- No los agreda. El más grave error de un padre es «golpear» a su hijo por su «mal genio». «No intente cambiar la mala cara de su hijo a punta de chicote. Ante una falta enorme de respeto o consideración, algunos padres pierden el control y llegan al plano físico y esa es una enseñanza terrible. No hay manera de reponerse sabiamente después de un acto violento», explicó la psicóloga Luciana Mercado.
- Déjalo respirar. No subestimes el «mal humor» de un adolescente y tampoco asumas una actitud violenta. «Lo más aconsejable en estos casos, tanto para ti (como padre) y para él (como hijo), es respirar un poco y tranquilizarte», señaló la especialista.
- Evita castigos exagerados. «No es recomendable imponer castigos que no vayas a cumplir. La consecuencia de esto es que pierdes la credibilidad y el respeto de tu hijo», afirmó la psicóloga.
- Respeto mutuo. Un hijo aprende mejor con el ejemplo, que con las palabras. «Enséñale el valor del respeto, respetando su espacio y su punto de vista, aunque no estés de acuerdo, dejando en claro tu posición», añadió Mercado.
- Ojo con la agresividad. Cuando ese «mal humor» pasa de ser simples caras y/o muecas en público a romper cosas o tirarlas, debes acudir a un especialista. «Los adolescentes asumen una posición agresiva frente a un mal estímulo, lo mejor para ello es saber cuál es ese y poder resolverlo a tiempo», resaltó la psicóloga
APLICACIÓN:
Dijo en una ocasión Jesús: “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque tuyos son… ya no estoy en el mundo pero estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre… No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo… “(San Juan 17: 9-16)
Esta educación de los hijos como buenos cristianos no es nada fácil y por algunos años requiere mucho tiempo. No podemos lograrlo si no estamos dispuestos a sacrificar cosas personales. Al igual que lo hizo Jesús oremos porque ellos siguen en el mundo y necesitan la fortaleza para que puedan salir adelante.