Hola gracias por acompañarnos un día más. Existe la duda sobre la edad apropiada para que el niño se desenvuelva solo en el hogar. Según los especialistas hay algunos padres o tutores que suelen equivocadamente proteger demasiado a sus hijos. Lo mejor es cultivar su autonomía para que sean seguros. ¿De qué manera?  Delegando pequeñas responsabilidades que se adecuen a su edad. Vamos a compartir contigo a continuación algunas de ellas:

  1. Poco a poco. Si el pequeño no tiene la costumbre de estar solo, ¡motívelo! Por ejemplo, puede movilizarse solo a algún sitio muy seguro, como pedir algo a su vecino o bajar la basura. Ya sea el caso, la duración de los ratos de soledad dependerá de la edad, el apoyo que le transmitan (vecinos, porteros,…) y las características de la vivienda.
  2. La edad. De seis a siete años es la edad más elegida por los papás para poner en práctica estos tips. De los 8 a 9 años, con el respaldo de los adultos y si el pequeño es maduro, se puede extender el tiempo mientras realmente esté dedicado a una actividad y posea estrategias para reaccionar ante algún hecho.
  3. En casos extremos. No inculque temores sobre las posibles situaciones de soledad en el hogar. Lo mejor es enseñarle estrategias para que se desenvuelva con soltura en situaciones peligrosas en casa: correr hacia la calle cogiendo la llave, encontrar a un vecino y llamar a emergencias.

Hay que respetar la iniciativa de los menores para actuar por su propia cuenta. Nunca es bueno forzar. Así sea pequeño el intento, cuenta.

APLICACIÓN: Dijo en una ocasión el profeta Jeremías: “Por la misericordia del Eterno no hemos sido consumidos porque nunca decayeron sus misericordias, nuevas son cada mañana, grande es su fidelidad”  Una idea que debemos tenerla presente siempre es que tanto nuestras vidas como la vida de nuestros hijos están en las manos de Dios. Debemos darles las herramientas y la seguridad que necesitan para ir logrando la autonomía poco a poco. Pero también debemos decirles que estamos bajo el cuidado principal de Dios, quien por su misericordia nos mantiene vivos.