Hola que placer compartir este espacio contigo. Siempre pensé que tener hijos exitosos era cuestión de cómo los crían sus padres, sin embargo, ahora resulta que la ciencia afirma que todos los padres de hijos exitosos tienen algunas cosas en común. Compartimos contigo algunas de ellas a continuación:
- Permiten que hagan tareas en la casa
Los padres de hijos exitosos les dan tareas sencillas para hacer en la casa. Por ejemplo, ellos tienen que sacar la basura y ocuparse de su ropa. Esto con el tiempo hará que los niños comprendan que la mejor manera de lograr algo es por medio del esfuerzo propio y no por el ajeno.
- Les enseñan a sus hijos habilidades sociales
Si los niños tienen buena interacción social desde que son pequeños, es decir desde el kinder, serán adultos exitosos dos décadas más tarde debido a que podrán relacionarse con sus pares de manera mucho más sencilla.
- Son padres que se llevan bien entre sí
Las familias de niños exitosos se mantienen siempre unidas o en caso de separación tienen una buena relación entre si. Está comprobado, según un estudio publicado por la Universidad de Illinois, que los niños de familias de alto conflicto tienen menos éxito.
- Cuanto más alto sea el nivel educativo de los padres, más alto llegarán sus hijos
En un estudio realizado por la Universidad de Michigan, se llegó a la conclusión que los hijos de madres y padres que estudiaron una carrera universitaria harán lo mismo y podrán desempeñarse profesionalmente en la carrera que elijan en un futuro.
- Desarrollan una buena relación con sus hijos
En un informe publicado en diciembre del año 2014, se explicó que diversas personas que recibieron un cuidado personal y amoroso durante los primeros tres años de su vida, a pesar de haber nacido en la pobreza, pudieron ser adultos exitosos.
APLICACION:
Dijo en una ocasión el profeta Isaias (Is 54:13) Todos tus hijos serán enseñados por el Señor; y se multiplicará la paz de tus hijos.
Nuestros hijos pueden ser triunfadores o fracasados. Es una condición que se va forjando en ellos desde la más tierna infancia, cuando los fundamentamos en principios y valores, y les enseñamos a amar a Dios. Así Él también podrá moldear sus vidas y cumplir sus promesas sobre nuestras generaciones.