Hola que tal, que gusto ser tu compañía. Eres de aquellas mujeres que siempre están pensando en el ahorro.? Quizás te has propuesto ahorrar energéticamente? Hoy queremos compartir contigo algunas mentiras en torno a este tema

Son muchos los falsos mito que nos están haciendo perder dinero y es que el gasto energético es uno de los mayores desembolsos que deben hacer las familias a la hora de pagar las facturas del hogar.  Si quieres ahorrar acaba con los mitos.

Falsos mitos sobre el ahorro energético

1. Dejar la fluorescente encendida es mejor que apagar y encender cada vez

Seguramente sea uno de las mentiras más extendidas porque por mucho que nos empeñemos dejar la luz encendida consume más que apagar y encender cada vez. Aunque si que es cierto que la lámpara fluorescente tiene una sobrecarga de energía al encenderse, su consumo es menor que dejándola encendida. El mayor problema de las fluorescentes es que al encender y apagar muchas veces la luz se reduce su vida útil, algo que no pasa con las bombillas de led.

2. Los aparatos eléctricos en «Stand By» apenas consumen

Los aparatos eléctricos como televisores, equipos de audio, vídeo u ordenadores encendidos cuando nadie los esté usando son un gasto de energía. A este consumo se le considera energía de desperdicio ya que al permanecer el aparato conectado al circuito de alimentación eléctrica continúa consumiendo. Si quieres ahorrar, mejor aprieta el botón. Además, los ordenadores no consumen más al encenderse que en stand by, otro mito muy extendido. Tampoco te olvides de que las regletas, los cargadores de móviles, etc. si están conectados también consumen energía.

3. Para lavar la ropa es mejor usar mucho jabón

Es un error común a la hora de hacer uso de la lavadora. La cantidad de jabón debe ser justa, porque si utilizamos mucho deberá hacer un aclarado más intenso y la ropa puede quedar con manchas blancas por el detergente.

APLICACIÓN:

Dijo en una ocasión el salmista: Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. Salmo 73:24

Cuando estamos cerca de Dios aprendemos principios de vida. Busquemos cada día su voz y aprendamos a ser sabias, no solamente en nuestra vida y nuestra familia sino también en nuestra economía.