Hola nos unimos a ti a esta hora con mucho gusto. Eres una madre frustrada porque no sabes como relacionarte con tu hijastro o hijastra? Hoy compartiremos contigo algunos consejos al respecto pero tomando en cuenta primeramente que toda relación necesita tiempo para crecer

1. La relación familiar. Para ello es importante formar una relación familiar fuerte, para que las parejas puedan lidiar con los problemas de la disciplina para construir una relación. «Hay maneras de abordar todas las posibles complicaciones, por ejemplo ponerse en su lugar y escucharlos, aportará mucho para ganarse el cariño y respeto de los hijastros», indica la especialista.

2. No forzar las muestras de cariño.
Para empezar, debe saber que ellos pueden contar con usted, pero si al principio no lo aceptan, ni dan abrazos ni besos como a su padre o madre, no hay por qué ofenderse. Los niños son más adaptables que los padres, y si se está en este tipo de relación, es en vano pensar que los hijos de la pareja y su ex son «cosa suya». «Si se eligió a esa persona para convivir, es sabiendo que viene con ese paquete», explicó Cáceres. Por el contrario, si sus hijastros se muestran receptivos y solicitan su afecto físico, no los decepcione.

3. Si uno no tiene hijos. Si se tiene hijos y la pareja no, es importante asegurar que el amor por estos es diferente. Que la pareja no sienta que compite con ellos por obtener atención. Eso sí, es importante decirle a los hijos que deben respetar, al igual que a cualquier adulto, y obedecer en caso de que se confíe en su criterio, de lo contrario se verá necesario considerar replantear la relación.

4. No trate de controlarlos. La última cosa que usted debe hacer si está tratando de ganarse el corazón de sus hijastros es tratar de controlarlos. Sobre todo si se trata de adolescentes o jóvenes, pueden resentir que usted trate de controlarlos y establecer un nuevo reglamento. Deje que sean los padres biológicos quienes establezcan las reglas hasta que usted tenga una buena relación con sus hijastros.

APLICACIÓN:

“No provoquéis a ira a vuestros hijos sino criadlos tiernamente en la disciplina y admonición del Señor”, o lo que es lo mismo, “edúquenlos y denles enseñanzas cristianas” (Efesios 6:4)

Cuando a uno se le agota la paciencia, es muy fácil ponerse exigente o gruñón con los hijos. Por eso, este consejo: “No debemos pedir de ellos tanto como nos exigimos a nosotros mismos”.  Consideremos también que tal como sus cuerpos requieren una nutrición adecuada para crecer fuertes y sanos, sus mentes y corazones también precisan una buena educación. Si nuestros hijos no aprenden principios morales en casa, probablemente adoptarán el criterio de extraños, sean compañeros, maestros o figuras de los medios de comunicación.