Eres de aquellas mujeres que desearía tener menos discusiones con tu pareja por causa de tu familia política? A veces, este tema política es causa de peleas, malos entendidos y disgustos; pero con algunos algunos consejos que compartiremos contigo esa familia podría llegar a ser para nosotras, un lugar de amor, fuerza, apoyo y felicidad.
Cómo evitar que la familia política no sea motivo de discusión en pareja:
- Necesitas aceptar que tu marido no puede (ni debe) desentenderse de su familia. Ellos son parte de él, y separarle de ellos sería robarle un pedazo grande de su corazón.
- Dicho esto, es importante establecer límites. Vuestros asuntos son privados. No dejéis que nadie “entre en vuestra casa” sin vuestro consentimiento.
- Mantenéos siempre en el mismo equipo. Vuestra relación debe estar por encima de cualquier otra relación familiar. No podéis permitir que os separen en bandos diferentes.
- Que tus expectativas sean realistas. Quizás esperas que te reciban con los brazos abiertos y que te acepten al instante, pero hay familias muy cerradas a las que les cuesta abrirse a extraños. Ten paciencia y demuestra que mereces su confianza.
- Acepta las diferencias con humor. Muchas veces exageramos las situaciones simplemente porque no las entendemos. Si sus costumbres son diferentes, acéptalas con respeto, aunque no te gusten (siempre y cuando no sean costumbres denigrantes o dañinas).
- Olvídate de cómo se hacen las cosas en “tu familia”… cada familia actúa de manera diferente, y te va a resultar imposible cambiarlo. Asume que para ellos las cosas se hacen de otra manera. Una vez se te haya pasado “el susto”, comprobarás que no es para tanto.
- No critiques a su familia. Si lo haces, él se pondrá a la defensiva, porque los ama. Solamente podrás hacer críticas cuando tu marido sepa que, sin duda, tú también los amas con locura.
- Mantén una actitud abierta. Hay muchas cosas que aún no sabes y que debes aprender. Tu familia puede ser fuerte en un área de la vida, y la familia de tu marido puede ser fuerte en otro área.
- Perdona sus ofensas. Habrá veces que te ofendan, a propósito o no. El perdón es liberador.
- Si la relación está resentida, quizás tú debas dar el primer paso: una sonrisa, un agradecimiento, una invitación a comer, una llamada por teléfono, un pequeño detalle…
Dijo una vez el apóstol Pablo:
Hagan todo lo posible por vivir en paz con todo el mundo.
Nuestros pensamientos pueden ser fácilmente perturbados, pero la herencia de Dios para nosotros es la paz, Isaías 53:5 dice: “El castigo de nuestra paz fue sobre él”. En Cristo la paz nos gobernará, solo Dios tiene el poder de mantenernos en paz la mayor parte del tiempo. Hablar con Dios, y confiar en él, antes que en cualquier otra cosa, es la principal fuente de paz, porque de forma sobrenatural él protegerá nuestro corazón y nuestra mente.