Hola te damos una cordial bienvenida. Martha nos ha escrito desde Bogota Colombia y nos comenta: tengo un hijo de 8 años muy perezoso, se niega a hacer las cosas que le ordeno y ya no se como actuar.  Que consejo me darían?

  1. Forme a sus hijos desde pequeños orientándolos hacia la excelencia en cualquier cosa que hagan, enseñe que se puede hacer mejor, sin caer en un perfeccionismo inútil y estresante. Al mejorar algo, hágalo junto a ellos con una actitud de disfrutar eso, no peleando, regañando o imponiendo. Ya sea una tarea del colegio, un proyecto, un dibujo, una jugada o acción de una disciplina deportiva o artística que practiquen, la pronunciación de un idioma que estén aprendiendo, etc. Inclusive el revisarles la tarea del colegio aunque nosotros los padres lleguemos cansados y tarde a casa.
  2. Dé la milla extra en casa en cosas sencillas: no dejemos vasos, ropa, zapatos, juguetes, carteras, tiradas por toda la casa como si fueran pistas para buscar un tesoro. Primero que vean en nosotros que usamos algo y lo recogemos y llevamos al lugar donde debe de estar, y exigírselo a ellos. Recuerde, siempre motivándolos, no peleándoles.
  3. El servicio con amor y cortesía está primero que cualquier entretenimiento cuando se trata de que el niño o joven le haga un favor a los adultos de casa, sean abuelos, padres, tíos o invitados. Buscarles un vaso con agua, poner una silla, poner la mesa, servir algo, etc. No es una opción no hacerlo, y se hablará seriamente y con disciplina incluida si alguien lo hace con mala actitud y tirando “chuipis”. Ah, esa es una expresión que nace de la pereza y la inconformidad. Combata los “chuipis”, no aportan nada bueno a la actitud positiva.
  4. Comparta historias con finales exitosos producto de haber vencido la pereza: cuando me puse a estudiar aun habiendo llegado cansado y me fue bien en un examen; cuando pensaba que ya no podía más e hice ese esfuerzo extra en el deporte que practico y tuve buenos resultados; ese día que quería quedarme sin hacer nada en cama y llegaron visitas y tuve que ayudar, y el agradecimiento que esto provocó en esas personas; el reconocimiento que recibí porque busqué la manera de hacer y terminar mi tarea aunque tenía todas las excusas para no hacerla ese día; cuando no me conformé con el “no se puede” de todo el mundo, y busqué la manera en que sí se podía y lo logré; cuando me levanté más temprano aún teniendo sueño y pude llegar antes a mi compromiso y como eso me ayudó a hacer cosas que no hubiera podido lograr.

APLICACIÓN:

“Vamos, joven perezoso, fíjate en la hormiga y en como trabaja! Y aprende a ser sabio como ella. La hormiga no tiene jefes, ni capataces, ni gobernantes, pero durante la cosecha recoge su comida y la guarda”. (Proverbios 6, 6-8)

La pereza es uno de los grandes enemigos del éxito, es una aliada del mínimo esfuerzo y el conformismo. Por eso debemos combatirla en casa y aquí algunos tips que pueden ayudarnos: