Efectivamente, la salvación es un regalo de Dios que se recibe por la sola fe. Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”

Con esto en mente, demos lectura al pasaje bíblico que se encuentra en 1 Pedro 3:18-22 donde dice: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé. mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo. quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.”

El apóstol Pedro está mostrando que Jesucristo sufrió la muerte para que los que le reciben como Salvador tengan vida eterna. El sacrificio de Cristo es tan perfecto que no puede ser mejorado, por eso es un sacrificio único, no hace falta ningún otro sacrificio. El justo Jesucristo murió por los injustos pecadores para poder llevarlos a la presencia misma de Dios. Jesucristo fue a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.

En este punto, el apóstol Pedro introduce un hecho del pasado que sirve de hermosa ilustración de lo que logró Cristo con su sacrificio en la cruz. Así como en el tiempo de Noé se salvaron de morir ahogadas ocho personas que por fe creyeron a Dios y se refugiaron en el arca construida por Noé, así también en el tiempo presente se salvan del castigo eterno todos aquellos que por fe creen a Dios y se refugian en Cristo Jesús.

Note que Pedro no está diciendo que el bautismo nos salva. Ya sabemos que la salvación es por gracia por medio de la fe. Lo que Pedro está diciendo es que el bautismo que corresponde a esto ahora nos salva. Cuando Pedro habla de bautismo, no se está refiriendo ni al bautismo en agua ni al bautismo en el Espíritu. Bautismo en este contexto significa una convicción, una persuasión, una fe.

Es decir que la convicción que corresponde a lo que hicieron las ocho personas en la época de Noé, nos salva. ¿Qué es lo que hicieron estas ocho personas? Pues se refugiaron en el arca de Noé. La convicción o la persuasión o la fe que corresponde a esto es el refugiarse en Cristo Jesús, para ser salvos de la condenación eterna.

La acción de refugiarse por la fe en el arca de Noé para no morir ahogados es un tipo o un cuadro de refugiarse por la fe en Cristo Jesús para no recibir la condenación eterna. Pedro termina haciendo notar que Jesucristo resucitó y fue ascendido a la gloria de su Padre al lugar de autoridad sobre ángeles, autoridades y potestades