No es así. Lo que ha oído de aquellos cristianos mesiánicos no se ajusta a la verdad. La Biblia Reina-Valera es una traducción a spañol. partiendo de las lenguas originales, obra realizada por Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera. Esta Biblia ha sido objeto de varias revisiones. La última realizada en 1995, aunque la revisión anterior, realizada en 1960, sigue, al menos por el momento, siendo la revisión más popular entre los lectores no católico romanos de habla Hispana.

Esto de las revisiones no debería alarmar a nadie, porque es conocido que el idioma va cambiando a lo largo del tiempo y por ende es necesario hacer los ajustes a los escritos para actualizarlos en el tiempo. En la revisión anterior a la de 1960, se usaba, por ejemplo, el verbo “parir”, para hablar de que una mujer había dado a luz. Hoy en día el verbo “parir” se usa exclusivamente para hablar de un animal teniendo crías.

Por eso es que en la revisión de 1960 y de 1995 no va a encontrar el verbo “parir” cuando se habla de que una mujer ha dado a luz. Bueno, ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestra Biblia actual representa fielmente los escritos originales?

Para responder esta inquietud, me gustaría citar textualmente a W. H. Griffith Thomas, en su libro titulado ¿Cuánto Sabe Usted de la Biblia? Dice así: Es bastante fácil probar que nuestra Biblia es la misma que la iglesia ha tenido por siglos.

Empezamos con las Biblias impresas en nuestros días, y es obviamente fácil comprobar que corresponden exactamente con las Biblias impresas en el siglo 16, cuando se inventó la imprenta. De allí podemos retroceder a las versiones en español o en latín. Anteriores a tal fecha, hasta llegar a los grandes manuscritos del siglo cuarto, representados por los tres magistrales códices conocidos como el Códice Sinaítico, en Petrogrado, el Códice Vaticano, en Roma y el Códice Alejandrino, en el Museo británico.

Luego podemos retroceder aún más, y comparar el uso de las Escrituras en los escritos de los padres de la iglesia, en el tercer siglo; y de allí retroceder al siglo segundo, en donde encontramos versiones en diferentes idiomas. De allí, todo lo que falta es un pequeño salto al tiempo de los apóstoles, y a la composición misma de los escritos del Nuevo Testamento. No hay duda razonable de que poseemos, hoy en día, lo que siempre ha sido considerado como Escritura por la iglesia cristiana. La prueba del Antiguo Testamento puede ser hecha en líneas similares.

Nuestro Antiguo Testamento es idéntico con las Sagradas Escrituras de los judíos en el tiempo actual. Estas son traducción de manuscritos hebreos que datan de muchos siglos atrás; y el hecho de que los judíos siempre hayan usado las mismas Escrituras que tienen hoy en día es una prueba de que la iglesia cristiana, a través de las edades, no ha estado equivocada al incluir el Antiguo Testamento en la Biblia.

De modo que, la Biblia Reina Valera, cualquier revisión que tenga, es fiel a los escritos originales ya sea en hebreo, arameo o griego. No se deje engañar por personas que cuestionan la fidelidad de esta traducción de la Biblia. Óigala, léala, estúdiela, medite en ella, memorícela, pero, sobre todo, vívala en la práctica.