Las lenguas, bíblicamente hablando es la capacidad sobrenatural dada por Dios, mediante el Espíritu Santo, a algunos creyentes. Estos creyentes pueden hablar un idioma que nunca ha sido aprendido por ellos. Las lenguas tienen que ver con idiomas, más no con un balbuceo incoherente que es el resultado de un en estado autoinducido de éxtasis.

El genuino don de lenguas, el don bíblico de lenguas, es un don de Dios mediante el Espíritu Santo. Hablando de los dones espirituales, ponga atención a lo que dice 1 Corintios 12:7-11. “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; otro profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”

De este pasaje bíblico se desprende que al igual que los otros dones espirituales. El don de lenguas no es dado a todos los creyentes indiscriminadamente. Solamente a algunos, según la voluntad del Espíritu Santo. El texto dice que el Espíritu Santo reparte los dones como él quiere, no como el creyente quiere.

Es inútil empeñarse en tener algún don que tal vez consideramos llamativo, o que puede hacernos famosos. Los dones espirituales se dan conforme la soberana voluntad del Espíritu Santo. Para confirmar que no todo creyente tiene el don de lenguas, ponga atención a lo que dice el Nuevo Testamento, más adelante en el mismo capítulo de 1 Corintios.

Leo en 1 Corintios 12:28-30 donde dice: “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros? ¿tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos? Allí lo tiene. En este pasaje bíblico encontramos una serie de preguntas retóricas. Una pregunta retórica es aquella en la cual la respuesta es obvia.

En este caso, la respuesta a todas las preguntas es negativa. ¿Son todos apóstoles? No. ¿Son todos profetas? No. ¿Son todos maestros? No. Así por el estilo. ¿hablan todos lenguas? No. Más claro no puede ser. No todo creyente habla en lenguas.

Esta es la razón por la cual no ha hablado en lenguas. Además, es necesario tomar en cuenta que el don de lenguas es un don de señal. Las señales sirven para indicar algo. El don de lenguas indicaba que el mensaje predicado por los apóstoles era un mensaje de origen divino. El don de lenguas indicaba también a que los apóstoles y los discípulos cercanos a ellos, eran mensajeros del Dios verdadero.

Este don sirvió para autenticar mensaje y mensajero. Una vez que el mensaje y los mensajeros fueron autenticados, este don dejó de ser necesario. A esto se refiere el pasaje bíblico en 1 Corintios 13:8 donde dice: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará”