Puede haber muy variadas razones para que los hijos manifiesten resistencia a asistir a las reuniones de una iglesia. Una de ellas es la manera de vivir la vida cristiana por parte de los padres. Además de conocer personalmente al Señor por haberlo recibido como Salvador, los padres deben tener un testimonio acorde con la fe que profesan o su creencia.

Si los padres engañan, mienten, se pelean, se desconfían entre ellos, son groseros en su trato entre ellos y con los hijos, ¿qué mensaje están comunicando a los hijos? Los hijos estarán recibiendo señales contradictorias de parte de los padres. Con sus labios los padres estarán comunicando algo que no lo están viviendo en la práctica. Padres, no olviden que las acciones hablan más alto que las palabras.

Nunca digan a sus hijos: Haz lo que te digo y no lo que yo hago. Lo que tienen que decir a sus hijos es: Haz lo que ves que yo estoy haciendo. Esto hace una gran diferencia. ¿Quiere que sus hijos vayan con gusto a la iglesia? Entonces ¿Cómo está su vida? ¿Cómo está su relación personal con el Señor? ¿Cómo está su relación con su esposo o su esposa?

Cuando los hijos son pequeños, hasta cierto punto se les puede engañar y llevarlos inclusive por la fuerza a las reuniones de la iglesia, pero cuando los hijos crecen y se dan cuenta de la falta de integridad de los padres porque predican una cosa y practican otra cosa muy diferente, entonces los hijos razonan y dicen: ¿Para qué ir a la iglesia? ¿Para ser como papá o como mamá? No gracias, mejor me quedo en casa. ¿Ve el asunto?

Además de buen testimonio, los padres deben orar entre ellos en privado, pidiendo por cada uno de los hijos. La oración eficaz del justo puede mucho, dice la palabra del Señor. ¿Está orando con su esposo o su esposa cada día por cada uno de sus hijos?, o si es viuda o viudo, ¿está orando a solas por cada uno de sus hijos? No olvide que la oración es la herramienta más poderosa que los creyentes tenemos a nuestra disposición. Otra de las razones tiene que ver con la iglesia.

Cada iglesia local tiene su particular forma de conducirse, pero por regla general, lo que se hace en la iglesia local debe ser por un lado bíblico, y, por otro lado, pertinente. ¿Qué es lo que quiero decir con esto? Pues que toda práctica en la iglesia local debe fundamentarse en la palabra de Dios y todo lo que se hace en la iglesia local debe ser algo que interesa a cada una de las personas que allí se congregan. Por ejemplo, es bueno que en la iglesia local se enseñe la Biblia, pero la manera de enseñar a los adultos debe ser diferente de la manera de enseñar a los jóvenes y de la manera de enseñar a los niños.

Los sermones, por regla general y reconociendo excepciones, no son la mejor manera de comunicar verdades eternas a los jóvenes y peor a los niños. La iglesia local debe tener actividades dedicadas a los niños, en las cuales se usen métodos didácticos de interés para los niños para enseñar la Biblia.

La iglesia local debe tener actividades dedicadas a los jóvenes, en las cuales se usen métodos didácticos de interés para los jóvenes para enseñar la Biblia. Solamente así, los niños se sentirán atraídos a asistir a las reuniones de la iglesia local, al igual que los jóvenes y los adultos.