En Río Cuarto, provincia de Córdoba, Argentina vive un amigo oyente quien escucha nuestra programación a través de FM 106.3. Radio Potencia. Nos escribe para hacernos una consulta. Dice así: Cuando Jesús fue para ser bautizado por Juan el Bautista, Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti. ¿y tú vienes a mí? Según Mateo capítulo 3 versículo 15, Jesús respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. ¿A qué se refería Jesús con estas palabras?

El mensaje de Juan el Bautista era corto, claro y conciso. Simplemente decía: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. La razón para que Juan el Bautista predique este mensaje era porque Jesús el Rey de Israel estaba listo para establecer el reino de los cielos, o el gobierno del cielo sobre la tierra. De allí la invitación al arrepentimiento.

El arrepentimiento es un cambio de mentalidad que se manifiesta prácticamente por medio de una vida cambiada. El bautismo era una forma de manifestar que un individuo reconocía su necesidad de arrepentirse para ser parte del reino de los cielos. Mientras Juan el Bautista predicaba este mensaje de arrepentimiento, y bautizaba en agua a los que recibían el mensaje, Jesús mismo vino de Galilea para ser bautizado por Juan el Bautista.

Ante eso, Juan el Bautista se opuso, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Juan el Bautista reconocía que Jesús no tenía nada de qué arrepentirse, porque Jesús es absolutamente santo y puro, totalmente libre de cualquier pecado. Siendo así, lo lógico sería que Jesús bautice a Juan el Bautista. Juan el Bautista también tenía que arrepentirse en preparación para el establecimiento del reino de los cielos.

La respuesta de Jesús aparece en Mateo 3:15 donde leemos. “Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Jesús introduce su respuesta diciendo: Deja ahora. Esta es una frase que también pudo haber sido traducida como: Permite que sea así por ahora. Luego Jesús explica su posición. Dice: Porque así conviene que cumplamos toda justicia. Lo que está diciendo Jesús es que para él era apropiado que, por medio del bautismo en agua, él mismo se identifique con los judíos piadosos que se estaban bautizando para arrepentimiento.

De modo que Jesús no se estaba bautizando porque tenía que arrepentirse de algún pecado. Sino porque quería identificarse plenamente con todos aquellos que reconociendo su pecado se había arrepentido en preparación para el establecimiento del reino de los cielos.

Pero además de esto, cabe otro significado más profundo en el bautismo de Jesús por parte de Juan el Bautista. El bautismo en su caso era un cuadro de la manera como él mismo iba a satisfacer las demandas de la justicia de Dios afectada por el pecado del hombre. Al ser introducido en las aguas, estaba tipificando su inmersión en las aguas del juicio de Dios en el Calvario. Estaba al punto de morir en lugar del pecador. Al ser sacado de las aguas, estaba tipificando su resurrección de entre los muertos.

Es decir que, por medio de su muerte, sepultura y resurrección, Jesús iba a satisfacer las demandas de la justicia divina y proveer la única base válida por la cual cualquier pecador puede ser justificado o ser declarado justo por Dios. Esto es lo que podemos decir sobre el bautismo de Jesús por parte de Juan el Bautista. Parece que no tiene nada que ver con cumplir alguna parte de la ley de Moisés.