Así como la salvación se recibe por fe, la seguridad de la salvación también se recibe por fe. Así como la salvación es un regalo de Dios, la seguridad de salvación también es un regalo de Dios. La salvación no depende de las buenas obras, la seguridad de la salvación tampoco depende de las buenas obras.

La salvación depende total y absolutamente de lo que Cristo hizo en la cruz por el pecador, la seguridad de salvación también depende total y absolutamente de lo que Cristo hizo en la cruz por el pecador. Se pregunta si su falta de seguridad de la salvación será por la falta de fe o como resultado de un ataque del enemigo. Yo lo pondría de este modo. El enemigo, quien no es otro sino Satanás, aprovecha la falta de fe de un creyente genuino y le lleva a dudar de su salvación.

Así que, para evitar tener dudas sobre la salvación, es necesario tener fe. Pero recuerde lo que la Biblia dice acerca de la manera como se produce la fe en una persona. Leo en Romanos 10:17 donde dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” De modo que para que en un creyente genuino haya la fe necesaria para estar seguro de que es salvo hace falta que ese creyente oiga y entienda lo que dice Dios en la Biblia acerca de la seguridad de Salvación.

Es mucho lo que la Biblia dice acerca de la seguridad de salvación. Sólo déjeme tomar un texto que se encuentra en Juan 6:47 donde dice: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.” Estas palabras fueron pronunciadas por el Señor Jesucristo. Comienza diciendo: De cierto, de cierto os digo. Esta es una manera muy típica de Jesucristo para introducir algún dicho que reviste capital importancia. Luego de esta introducción, Jesucristo pronuncia una declaración que se ajusta muy bien a la ley de la causa y efecto. La causa: El que cree en mí. El efecto: Tiene vida eterna. La vida eterna no es solamente el derecho para entrar en el cielo cuando se muere. La vida eterna es Cristo viviendo en el creyente.

El creyente estaba muerto espiritualmente antes de recibir a Cristo como Salvador, después de recibir a Cristo como Salvador, está vivo espiritualmente. Pero note la conjugación del verbo tener en la frase: Tiene vida eterna. Este verbo está conjugado en modo indicativo, voz activa tiempo presente. Cuando un verbo se conjuga así, en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, significa que la acción está presente en cualquier instante del tiempo.

Esto significa que aquel que ha recibido a Cristo como Salvador, es salvo hoy, será salvo mañana, será salvo el próximo mes, será salvo el próximo año y así por el estilo, será salvo por la eternidad futura. Por eso justamente se llama vida eterna. Si existiera la posibilidad de perderse dejaría de ser eterna. Resumiendo, cuando un genuino creyente es atacado por Satanás con el cuento de que no es salvo, ese genuino creyente tiene que responder al ataque de Satanás, así como Jesucristo respondió a Satanás en el desierto, cuando fue tentado por Satanás. Escrito está: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Satanás entonces se alejará derrotado. Satanás no puede resistir a alguien que le cita la palabra de Dios diciendo: Escrito está. La seguridad de salvación no depende de cómo ese creyente se siente, no es cuestión de sentimientos. Es cuestión de tener fe en lo que Dios dice en su palabra.