Para responder esta consultade quienes serán salvos, me gustaría referirme a los que los teólogos llaman la omnisciencia de Dios. La palabra omnisciencia viene de dos palabras latinas, omnis que significa todo, y scientia que significa conocimiento. Este término denota la inteligencia infinita de Dios o su conocimiento de todas las cosas.

De este atributo divino nos hablan varios textos, de entre los cuales me gustaría citar Hebreos 4:13 donde dice: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. En este texto aparece claramente expresada la omnisciencia de Dios.

Todas las cosas están desnudas y abiertas para él. Él sabe absolutamente todo, no importa si es algún evento del pasado o si es algún evento del futuro. Dios inclusive sabe a la perfección lo que una persona está pensando en su mente aun antes que esa persona pronuncie alguna palabra.

Este atributo divino lo podemos ver en la persona del Señor Jesús cuando estando en la tierra sabía a la perfección lo que las personas tenían en sus mentes.

Nada en absoluto está escondido de la escrutadora mente de Dios. Siendo así, Dios sabe de antemano quienes son salvos y quienes no son salvos. A Dios no le hace falta esperar hasta que el hombre nazca y reciba a Cristo como Salvador, para recién allí saber que ese hombre es salvo. Por su omnisciencia, Dios sabe desde la eternidad pasada que ese hombre es salvo. Más aún, fue Dios mismo quien en la eternidad pasada escogió a ese hombre para que sea salvo.

Eso queda claro en textos como Efesios 1:4 donde dice: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” Así que, Dios no solo sabe de antemano quien es salvo, sino que él mismo escoge a los que son salvos.

Eso es lo que enseña la Biblia acerca de este importante asunto.