Recibir a Cristo es un compromiso con Dios y con uno mismo, la Biblia presenta varias obras que deberían manifestarse en todo genuino creyente cuando recibe a Cristo. Una evidencia es un esfuerzo por obedecer lo que Dios dice en su palabra.

1 Juan 2:3 dice: “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos”

Otra evidencia es no aborrecer a un hermano en la fe. 1 Juan 2:9 dice: “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas”

Una evidencia más es no amar el mundo. 1 Juan 2:15 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”

Otra evidencia es permanecer en la comunión de los hermanos en la fe. 1 Juan 2:19 dice: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.”

Al recibir a Cristo, Una evidencia más es confesar que Jesucristo es Dios. 1 Juan 2:23 dice: “Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”

Otra evidencia es hacer justicia. 1 Juan 2:29 dice: “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él”

Al recibir a Cristo, También tenemos la evidencia externa de no practicar el pecado. 1 Juan 3:6 dice: “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido”

También es una evidencia el deseo de ayudar a quien está en necesidad. 1 Juan 3:17 dice: “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”

Otra evidencia de la salvación es la presencia del Espíritu Santo. 1 Juan 3:24 dice: “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.”

Otra evidencia es una disposición a recibir el mensaje de los voceros de Dios. 1 Juan 6:6 dice: “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error”

Una evidencia externa más es el amor por los demás. 1 Juan 4:7 dice: “Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”

Como notará, la Biblia enseña que un pecador redimido, o una persona genuinamente salva, manifiesta varias evidencias inconfundibles. La gran pregunta sería: ¿Qué pasa con la persona que dice que ha recibido a Cristo como su Salvador, pero no se ven en su vida ninguna de estas evidencias?

Bueno, lo que pasa, no es que esta persona ha dejado de ser salva o que Dios ha borrado el nombre de esta persona del libro de la vida. Lo que pasa es que esta persona nunca ha experimentado ese nuevo nacimiento que da origen a esa nueva criatura.

Esta es la razón por la cual esta persona no está manifestando ninguna evidencia de una persona genuinamente salva.