La creación del universo Lo hizo de ambas maneras.

Para hablar de la creación del universo, notemos lo que dice Salmo 33:6. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.” El poder de la palabra de Dios hizo los cielos y todo el ejército de ellos. Dios simplemente dijo y se hizo. Lo mismo aparece en Hebreos 11:3 donde dice.“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. Podemos por tanto decir que todo lo que existe en el universo fue obra de la palabra de Dios. Ahora ponga atención a lo que dice Salmo 19:1 donde se lee: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.”

Según este texto, el firmamento lo hizo las manos de Dios. El mismo pensamiento se encuentra en Salmo 8:3 donde dice: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste.” Los cielos, con todo lo que existe en ellos, dentro de ellos la luna y las estrellas son la obra de los dedos de Dios.

De modo que la Biblia declara que el universo es el resultado del poder que emana la palabra de Dios. De la destreza de sus manos o de sus dedos. Pero, detengamos un instante para la reflexión. Estamos hablando de Dios como si tuviera boca para hablar y manos y dedos para hacer cosas. Pero todos sabemos que Dios es Espíritu, y los espíritus no tienen cuerpo, por tanto ¿de qué boca hablamos? ¿de qué manos y dedos hablamos? No hay motivo para alarmarse amable oyente.

En la Biblia Dios se describe a menudo en términos antropomórficos. Dios es Espíritu, declaró Jesús a la mujer samaritana. Este hecho trascendental dificulta enormemente la expresión de las grandes verdades acerca de su persona. ya que los hombres, aun teniendo su parte espiritual. Están aún en el cuerpo y reciben sus impresiones y conocimientos a través de los cinco sentidos.

Cuando se trata de la persona de Dios y de la esfera espiritual y eterna, por desconocer nosotros la forma de la realidad eterna. Esta tiene que expresarse por figuras y símbolos. Entre ellos, y refiriéndonos a la persona de Dios, hallamos los llamados términos antropomórficos. Los autores describen a Dios y su obra como si tuviera un cuerpo humano.

Así hallamos muchas referencias al brazo de Jehová o a la mano del Señor, o a los ojos de Jehová. Por esto, algunos suelen formarse una idea de Dios como si fuera un Ser grande, poseyendo un cuerpo como el de un hombre. Pero tal concepto rebaja el sublime concepto eterno, a quien nadie ha visto ni puede ver con los ojos de la carne. Desde luego, el brazo habla de sus poderosas intervenciones en los asuntos humanos. La mano de su ayuda a favor de los suyos y los ojos de su omnisciencia.

Cuando la Biblia habla de que el universo fue hecho por la palabra, la mano o los dedos de Dios, se refiere a que el universo es la creación de Dios.