Yo tengo amigos que van a estos lugares, pero no sé cómo decirles que esto no agrada a Dios. Yo he recibido a Cristo como mi Salvador y me gustaría guiar a mis amigos a Cristo. Quisiera que me orienten sobre este asunto para que yo también pueda orientar a mis amigos.

La Biblia ordena que el creyente no debe hacer algo sobre lo cual tiene duda en cuanto a si es bueno o malo. Romanos 14:22-23 dice:”¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.”

Este pasaje bíblico no está hablando de acciones claramente condenadas en la Biblia como pecado. Está hablando de acciones que no están legisladas específicamente en la Biblia.

Si un creyente está plenamente convencido que algo no legislado en la Biblia no es pecado; entonces adelante, que lo haga, no cometerá ningún pecado. Pero si un creyente no está convencido que algo no legislado en la Biblia no es pecado, entonces, será mejor que no lo haga, porque de hacerlo, estará violando su propia conciencia y esto es pecado.

Todo lo que no proviene de fe, es decir de una plena convicción que no es malo, es pecado. Insisto. Esto se refiere exclusivamente a acciones no legisladas en la Biblia.

Además, es necesario tomar en cuenta lo que enseña en la Biblia en cuanto a no ofender a un hermano débil.

Es decir, si yo estoy convencido en mi propia conciencia que algo no legislado en la Biblia no es malo, puedo hacerlo sin problema; no estaré pecando. Pero si sé que esa acción mía va a afectar negativamente a un hermano en la fe para quien esa misma acción es pecado, entonces es mejor no hacerlo. No porque hacer eso sea pecado para mí, sino porque al hacerlo estaré ofendiendo a un hermano. Ese es el pecado.

Así que, mi consejo es que evite ir a fiestas, pubs o discotecas, por cuanto no está plenamente convencida en su conciencia que estas actividades agradan a Dios. La palabra de Dios ordena a no hacer nada que siendo algo legítimo, en la libertad que tenemos en Cristo, sin embargo, ofenda a algún hermano en la fe.

1 Corintios 8:9-13 dice: “Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.”

Si fuéramos a lugares como estos, ofenderíamos a muchos hermanos y hermanas en la fe, quienes están convencidos en su conciencia que no agrada a Dios el que un creyente asista a estos lugares. De ninguna manera quiero ser un tropiezo para nadie, peor para un hermano o una hermana en la fe.