El versículo sobre el cual desea explicación que habla de desatar las ligaduras de impiedad, es parte de un pasaje bíblico en el cual Dios está reprendiendo a su pueblo Israel, por medio del profeta Isaías, en cuanto a la insinceridad en el ayuno.

Isaías 58:6-7 dice: «¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?”

Dios está realmente enojado contra su pueblo.

Lo que estaba haciendo el pueblo de Israel era considerado por Dios como rebelión y pecado. ¿Qué es lo que estaban haciendo? Pues, una burda demostración de hipocresía religiosa. Por fuera, estaban aparentando que estaban bien espiritualmente, que buscando a Dios cada día. Por fuera daban a entender que estaban interesados en conocer la voluntad de Dios. Estaban actuando como si fueran justos y como si estuvieran cumpliendo con la ley de Dios. Claro que ayunaban, pero no para agradar a Dios sino para agradarse a ellos mismos.

Ayunaban para mostrar a otros cuan espirituales eran, para tener motivos para atacar a otros. Ayunaban para alimentar sus contiendas y debates.

Estaban siendo injustos en el trato a sus trabajadores y sin embargo estaban ayunando como si todo estuviera bien. Dios les dice, por tanto: No ayunen con esa actitud en el corazón porque yo no voy a oír sus plegarias.

A Dios no le impresiona el rito sino el carácter del que realiza el rito. Dios realmente se ofende cuando alguien cumple con un rito, pero su carácter está lejos de Dios. Dios no está nada de acuerdo con la hipocresía religiosa.

Luego Dios deja un enfoque correcto sobre el ayuno. Dice que Dios jamás tuvo en mente que el ayuno sea algo meramente externo. El ayuno según Dios debe ser la manifestación externa de una realidad interna. Esa realidad interna debe estar caracterizada por desatar ligaduras de impiedad.

Esto significa una victoria sobre hábitos pecaminosos que intentan dominarnos. Esa realidad interna debe estar caracterizada por soltar las cargas de opresión y dejar libres a los quebrantados, esto significa dejar de tratar injustamente a otras personas, ya sean esclavos o trabajadores. Esa realidad interna debe estar caracterizada por romper todo yugo.

Esto significa acabar con la explotación a los necesitados. Esa realidad interna debe estar caracterizada por partir el pan con el hambriento, esto significa extender la mano de ayuda al que está en necesidad. Esa realidad interna debe estar caracterizada por dar albergue a los pobres errantes.

Esto tiene que ver con ser sensibles a las necesidades materiales de los demás, cuando podemos ayudar. Esa realidad interna debe estar caracterizada por cubrir al que está desnudo. Esto significa dar ropa al que le hace falta. Esa realidad interna debe estar caracterizada por no esconderse del hermano.

Esto significa no aislarse de los necesitados para no ver sus necesidades. El ayuno que Dios ha escogido tiene que ver con ser sensibles a nuestro propio pecado, para dar los pasos necesarios para confesarlo y apartarnos de él y con ser sensibles a nuestros deberes sociales hacia los necesitados.