La teoría de la evolución, es una teoría y seguirá siendo una teoría.

Existen muchas razones que hacen imposible sostener la teoría de la evolución.

Piense en el globo terrestre, un globo con agua, aire, gravedad, calor, suelo y miles de otras características maravillosas, sin embargo, la evolución cree que todo llegó a ser así por accidente. Lo mismo piensa del universo entero.

La evolución cree que la vida proviene de la materia inerte. Este concepto se llama “generación espontánea” Se necesita de mucha fe para creer algo así. Por eso la evolución es en realidad una religión, una religión alejada totalmente de Dios. Se necesita más fe para ser un evolucionista que para ser un creacionista, o alguien que cree que Dios creó los cielos y la tierra.

La teoría de la evolución está basada en la suposición de que la vida evolucionó muy gradualmente en miles de millones de años. Durante los cuales las condiciones de la tierra permanecieron virtualmente invariables. Esto se llama “uniformismo”.

La evidencia muestra claramente que la tierra ha sufrido cambios violentos. Por eso se encuentra vestigios de vegetación tropical bajo los casquetes polares, conchas marinas en las altas montañas y animales congelados tan rápidamente que todavía tienen alimento sin digerir en sus estómagos.

Además, por muchos años, los científicos evolucionistas trataron de sostener que las mutaciones explican la manera cómo tuvo lugar la evolución.

Actualmente se sabe, y es admitido por los científicos, que las mutaciones son siempre de carácter retrógrado, esto significa que provocan que el ser mutante sea peor, no mejor. Se ha probado que las mutaciones dañan o matan, en lugar de mejorar, como sostiene la teoría de la evolución. Nadie ha visto nunca una mutación positiva. Las mutaciones no pueden explicar la evolución. Y con respecto a su inquietud sobre los hallazgos de los fósiles.

No hay fósil en el mundo que pueda probar que un animal evolucionó en otro. Todas las ilustraciones que aparecen en los libros de texto que enseñan la evolución como si fuera algo científico. Pretende hacernos creer que el hombre evolucionó de criaturas tipo mono, como el hombre de Java, el Neardenthal, o el Nebraska, pero no hay tal. Estos fósiles pertenecen ya sea a monos o a hombres, pero no a monos transformándose en hombres.

El hombre de Nebraska fue estructurado sobre la evidencia de solo un diente que más tarde se demostró que pertenecía a un cerdo ya extinto. No existen hombres-mono. No existe el eslabón perdido. La evolución simplemente no es viable.

La creación es una parte inseparable de la Biblia. La teoría de la evolución está en oposición a lo que enseña la palabra de Dios. Jesucristo, el Redentor y Salvador nunca jamás dio a entender que el hombre es un animal desarrollado, por el contrario, Jesús afirmó, según Marcos 10:6 lo siguiente: “pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.”