“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal.” Proverbios 3:5-7

Cuanto más tiempo pases parado en tu ignorancia, acabarás creyendo que es un cimiento verdaderamente estable. Así reconocerás tu error cuando sea demasiado tarde y tengas que emerger de los escombros del derrumbe. Lo malo de la ignorancia es que va ganando confianza a medida que se prolonga. De alguna manera, somos advertidos con señales en el camino, como aquellas en la carretera que nos indican que vamos a mayor velocidad de la permitida y, desatendiéndolas, acabamos en tragedia.
Salomón destaca en Proverbios 21:2: A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones.
Nacemos con una tendencia natural a pelear por lo nuestro, por lo que nos parece verdadero sea o no sea verdad. Ese instinto natural que nos grita desde adentro: “¡defiéndete, pelea por tu vida!”, muchas veces se transforma en orgullo. Orgullo ciego que no escucha razones y nos lleva a límites inimaginables. Sabemos que Dios, nuestro Creador, nos dio dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos. ¡Es tan prudente saber oír antes de hablar! El mismo Salomón dijo: Aún el necio es considerado sabio cuando calla.
Claro que la vida nos va enseñando esta importante lección. Aunque casi siempre con medidas curativas, cuando ya es tarde. Es mucho mejor seguir el consejo de Hebreos 12: 9 que nos insta a escuchar al Padre para vivir. La Palabra de Dios presenta la triste historia del pueblo escogido por Dios para anunciar al mundo entero el evangelio de Jesucristo. Es triste porque su pueblo vivió equivocado durante dos mil años negando al Justo Hijo de Dios, crucificándolo y persiguiendo a los cristianos.
Por tal motivo Dios, en su amor y verdad, los disciplinó poniéndolos aparte por un tiempo hasta que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehová! Aquel día, verán al que traspasaron y se arrepentirán de haber vivido tanto tiempo abrigando un concepto equivocado. Y, finalmente, aceptarán al Cristo glorioso. Estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros, para que no cometamos el mismo error.

Pensamiento del día: El primer paso de la ignorancia es presumir de saber.