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Permítame citar algunos párrafos tomados de un libro clásico sobre el dispensacionalismo, escrito por el Dr. Charles Ryrie, titulado: Dispensacionalismo Hoy. La palabra castellana dispensación procede del latín “dispensatio” que la Vulgata usa para traducir la palabra griega “oikonomía” El verbo latino es de forma compuesta y significa pesar o dispensar. Hay tres ideas principales relacionadas con el significado de dicha palabra. Primero, la acción de distribuir, segundo, la acción de administrar, ordenar o supervisar; el sistema por el cual las cosas son administradas y tercero, la acción de dispensar con algún requisito.

Al definir más ampliamente el uso teológico de la palabra, dispensación es una etapa en una revelación progresiva, expresamente adaptada a las necesidades de una nación en particular o de un periodo de tiempo, también la edad o periodo durante el cual un sistema ha prevalecido. La palabra griega oikonomía proviene de un verbo que significa dirigir, regular, administrar y planificar. La palabra misma es compuesta, y sus partes literalmente significan dividir, distribuir, administrar o dirigir los asuntos de un hogar.

Así que la idea central en la palabra dispensación es la de dirigir o administrar los asuntos de una casa. En cuanto al uso de la palabra en las Escrituras, una dispensación puede definirse como una mayordomía, una administración, una supervisión o el manejo de los bienes de otro. Esto incluye responsabilidad, el rendir cuentas, y la fidelidad por parte del mayordomo. El entendimiento de las diferentes economías de Dios es esencial para una interpretación correcta de su revelación dentro de esas distintas administraciones. Según esto, existen siete dispensaciones: Inocencia, conciencia, gobierno humano, promesa, ley, gracia y reino. El dispensacionalismo es el único sistema que practica consistentemente el principio de interpretación literal de las Escrituras. La interpretación literal de las Escrituras conduce, naturalmente al cumplimiento literal de las profecías del Antiguo Testamento.

Esta es la creencia básica de la escatología premilenarista. Si las profecías del Antiguo Testamento acerca de las promesas futuras hechas a Abraham y a David han de cumplirse literalmente, entonces tiene que haber un periodo de tiempo futuro, el milenio, durante el cual éstas pueden cumplirse, ya que la iglesia no las está cumpliendo ahora en ningún sentido literal. Esta comprensión del cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento muy naturalmente nos conduce a otro aspecto, la clara diferencia entre Israel y la iglesia, que es parte vital del dispensacionalismo. La diferencia entre Israel y la Iglesia conduce a la creencia de que la Iglesia será quitada de la tierra antes del comienzo de la tribulación, que en un sentido especial concierne a Israel. El pretribulacionismo ha venido a formar parte de la escatología dispensacional. El reinado de Cristo por mil años sobre la tierra es un aspecto fundamental del dispensacionalismo. Hasta aquí lo que he tomado del libro Dispensacionalismo hoy.

Cuando se mira las cosas desde una perspectiva dispensacional, es inevitable llegar a la conclusión que la segunda venida del Señor Jesucristo será en dos fases, la una para tomar a la iglesia de este mundo, tal cual como aparece en 1 Tesalonicenses 4:13-18, de modo que Dios pueda tratar con la nación de Israel y la otra para venir a este mundo a reinar en el reino milenial para cumplir literalmente con las promesas hechas a la nación de Israel en este mundo, durante la tribulación.