A veces no nos animamos a pedir cosas a Dios porque pareciera que son insignificantes o no le dará atención. Pero Dios siempre está escuchando nuestro gemir y conoce el deseo de nuestro corazón. Job pedía que sus palabras queden como un legado y la verdad hasta ahora lo estamos disfrutando; quiero que piensen en aspectos: 1- Dios es capaz de cumplir tus deseos por más pequeños que te parezcan y 2- Dios puede utilizar tu experiencia, buena o mala, para ser de bendición a otros.

Te animo a que derrames tu corazón ante Dios, que no pienses que las cosas que deseas son de poco valor ante Él, pues dice su Palabra que Dios conoce aún los suspiros de tu corazón, Dios conoce tu corazón y la intensión de él; pero al mismo tiempo concederá tus peticiones si son con una intensión genuina, así que Santiago dice: “no reciben lo que piden porque piden mal, para sus propios deleites.” Dios atiende tus necesidades y deseos pero no tus caprichos y deseos egoístas. Acércate hoy a Dios y conversa con Él sobre lo que quiere para ti y lo que tú quieres para Él.

¿Se te ha ocurrido alguna locura que pedir a Dios?
¿Crees que tus deseos no son importantes para Dios?
Confía en que Dios te puede conceder tus deseos y ser de bendición a otros.