Hay personas que son más buenas que Dios, son como la divina pomada que sana todo, arregla todo, perdonan aquello que Dios juzga y no entienden el proceso judicial de Dios, se mueven sólo por la compasión sin ver la gravedad del pecado o las consecuencias de los actos de los demás. Son el tipo de persona que sienten o piensan que Dios porque es amor tiene que tolerar y soportar todo lo que hagamos, en realidad es una actitud más caprichosa que justa.

Pero la pregunta es retórica, o sea se responde así misma de forma negativa: “NO”. Muchos pueden creerse buenos, justos y limpios pero la verdad, como lo dice el libro a los Romanos: “no hay justo ni aún uno”. El hombre por naturaleza, no por acción sino por constitución es pecador y malo, necesita ser transformado y limpio, hecho justicia por la obra de Jesús en la cruz. Todos debemos pasar por este proceso para ser limpios en Él. Examínate y arregla tus cuentas con Dios, toma un café con Él.

¿Te ha limpiado Jesús?

¿Crees que necesitas de su perdón?

Pídele que te limpie de tus pecados.