Este es el prólogo de una vida lejos de la voluntad de Dios, me refiero al levita de esta historia. En primer lugar él no debía ser forastero ya que los levitas tenían heredad entre el pueblo, Dios había establecido ciudades para los que servían en el templo y los sacerdotes, aunque ellos no tenían una heredad como el resto de tribus, ellos eran la heredad de Dios, Él suplía cada necesidad y éste estaba fuera del lugar que Dios le había dado, también tenía una concubina y ya sabemos que esto también estaba fuera del plan de Dios. Si examinamos un poco más este versículo vemos que comienza con la premisa: “en aquellos días no había rey en Israel”, hace notar la falta de control del pueblo y de la anarquía en la que vivían.

El pueblo no tenía rey y no se sujetaban a la Teocracia o gobierno de Dios, cada uno hacía lo que bien le parecía. Esta es la razón por la que vivimos fuera de la voluntad de Dios, seguimos nuestros propios deseos, caminamos según nuestros propios pensamientos y hacemos lo que queremos sin tomar en cuenta a Dios. No te extrañes si ves a hijos de Dios viviendo como si no lo fueran, porque algunos dejamos que nuestros deseos nos gobiernen. Ajusta con Dios tus planes mientras compartes un café y sigue su plan para tu vida.

¿Vives como forastero siendo que tienes una heredad?

¿Te cuesta sujetarte al plan de Dios?

¿Puedes rendir tus planes ante Dios?