¿Qué saca el trabajador de aquello en que se afana? … Al fin y al cabo Dios ha ajustado el tiempo apropiado para cada cosa.”. Eclesiastés 3:9 y 11

Nuestros dispositivos móviles tienen una sutil manera de informarnos que sus baterías se están agotando. Comienzan primero con el típico indicador en el margen superior donde se puede visualizar el porcentaje de carga que aún nos queda.

Así, vemos bajar lentamente dicho número hasta que comienzan las leyendas de advertencias. Batería baja, de color amarillo, obvio, no hay que alarmarse.

Puedes continuar trabajando que la cosa no es urgente. Luego, ese color amarillo se torna de un rojo preocupante: ¡Batería demasiado baja!

Si entonces no reaccionas, entras a una zona de peligro. Tú decides continuar, porque es mucho el trabajo, y no tengo tiempo para recordar y buscar dónde dejé el cargador la última vez que lo usé. Hasta que llega la advertencia final: A su batería le queda un minuto, y si no activas el modo de ultra ahorro de energía… ¡A correr! (Si es que llegas).
Bueno, los humanos no tenemos baterías de Litio, pero sí necesitamos recargar fuerzas. Es que se nos agota el poder.

Nos rehusamos a detener nuestra marcha activista, no queremos esperar “enchufados e inmóviles a una pared” por un tiempo, y le damos y le damos hasta que la pantalla de nuestros proyectos se pone en negro y no hay más opción que parar.

Se agotó el matrimonio, se agotó la paciencia de mis hijos, se agotaron las fuerzas y el rendimiento en el trabajo, se agotó el gozo, el detalle, la emoción de estar vivo y el humor, la salud… Nos transformamos en amargados crónicos y mal humorados pesimistas.

Y Dios advierte, advierte y advierte. Somos nosotros los renuentes, los indiferentes y los autosuficientes. ¡Como si tuviéramos carga extra siempre! ¡Qué ingenuos! ¿Sientes que tus fuerzas se están agotando?… Si has escuchado la voz de Dios llamándote a recargar baterías, corre a Él, refúgiate en su cruz.

No es pérdida de tiempo el conectarte a Él cada mañana, al contrario es asegurarnos 100% de energía para el día, porque cuando corremos a la fuente de energía correcta podemos estar seguros que Él, en su soberanía, nos ayudara en cada situación que enfrentemos.

A Dios jamás se le acaba la dosis de batería para todo aquel que la desee. Sabe que Dios es especialista en dar fuerzas al que no tiene ninguna.

Pensamiento del día:

Siempre, las advertencias de Dios son para nuestro bien.